jueves, 24 de diciembre de 2009

FELIZ NAVIDAD!!!!! Una carta al niño Dios

Es mi deseo que las fiestas navideñas alegren vuestros corazones, que ojalá tengan verdaderas noches de paz y que reciban muchos regalos. En estos días disfruto de unos días de descanso en Bogotá, y si de verdad el Niño Dios nos trajera lo que deseamos, esta sería mi lista:
- Le pido una generosa pócima de lucidez para tomar mejores decisiones y enfrentar los contratiempos que puedan venir.
- También quiero muchas horas libres para dedicarle a los seres que quiero y extraño, preferiblemente de forma personal, pues no basta con las llamaditas y los correos electrónicos.
- Le pido que me conceda buen humor porque la risa es un remedio infalible contra la ira y la tristeza.
- Que ojalá se le enrede por ahí una cajita con sentido común, no solo para mí, sino para compartirlo de forma generosa.
- Traiga también prudencia, pues esta hace verdaderos sabios, y además nos permite sobrevivir a las embestidas de los salvajes.
- Luzcase enviando algo de platica, para poder tomar decisiones un poco más tranquilas y, porqué nó, para cuidarnos en salud, disfrutando un poco más de todo lo esplèndido que nos brinda la vida.
- Le pido una gran porción de paciencia para aguantar un año de elecciones y rapiñas.
- También quiero que se acuerde de visitar a quienes más lo necesitan, puede echarse la pasadita así, con generosidad, por las comunidades más agobiadas por la miseria.
- Naturalmente entre todo lo que va a traer, mande curitas para el corazón, flores para regalarle a las niñas que se porten bien, dulces para estimular la glotonería, ternura para escuchar voces que me inviten a entregar lo mejor que tengo.
- Le encargo un paquetito de buena lectura y espacios para contemplar lo que se crea con gusto.
- Le pido una rosa de los vientos para que no me deje extraviar el camino hacia el Nirvana, y que si no llego allá por lo menos que me deje cerquita.
- Que tal si se le enredan unas flechas de Cupido, a ver si esta vez tengo mejor puntería…
- Ah, y no olvide que por acá andamos muy necesitados de juguetitos para que quienes se toman la vida tan en serio, recuerden que, con su tozudez y egoísmo maltratan lo que se les ponga por delante.
- Quiero que me traiga una memoria usb, para almacenar lo bueno y bello que he recibido, muchas veces sin darme cuenta o sin pedirlo!!!
- Le pido que Millonarios sea capaz de alcanzar una estrella.
- Le pido que me proteja a los amigos.
- Le pido un ramillete de abrazos, muchas noches con luna, con brindis y caricias.
- Le pido un calidoscopio para multiplicar los instantes de placidez y alegría y un borrador gigante para eliminar las huellas del dolor.

Pues mire a ver qué trae de todo esto, eso sí, atienda primero a los niños, pues ellos aún sueñan y mantienen la ilusión de que les espera un mejor mañana, yo me conformo con que por lo menos lea esta carta….

martes, 8 de diciembre de 2009

TANGO, POR FAVOR UN TANGO!!!!

Sí, en la lejanía se nota mucho más su ausencia. Y no es porque no se puedan cargar sus acordes en los bolsillos, en un IPOD, en la USB, o en unos cuantos cds. El tango es mucho más que eso, es memoria de ciudad, es paisaje nocturno, es encuentro y desencuentro.
¿Cómo dejar de percibir sonidos que evocan los barrios, los conventillos o casas de inquilinato de finales del siglo XIX y principios del siglo XX, o sus nuevos y electrónicos acordes que no por eso dejan de entrever su alma? el tango como música urbana se ha adueñado de los lugares que le ha ido otorgando el tiempo: antros y lupanares, cabarets, las mesas de los bares, las esquinas, los sitios de tertulia, las calles con sus faroles, los grandes salones de sociedad y los territorios íntimos que vamos construyendo para sentirlo cerca.
Porque nació para bailarlo, para palpar la cercanía pasional y sensual de los cuerpos, como ritual de pieles, más tarde con suprema modestia aparece el bandoneón, ese fueye con madera y nácar que le aporta una dosis extrema de melancolía, y así llegan las luminarias que van complejizando y engalanando su escenario: los cantores, los poetas, el violín, los sextetos, los directores de grandes orquestas típicas, los grandes músicos. Ni siquiera intentar hacer aquí una antología de aquellos que se fueron pero están, con Gardel, Troilo, Goyeneche, Manzí, Discépolo, Canaro y Piazzola tendríamos un primer anillo del Olimpo en el cielo que ilumina la cruz del sur.
Una sola perla de su poesía puede ser esta:
“Pena / me dio encontrarte / pues al mirarte / yo vi brillar / Tus ojos / con un eléctrico ardor / tus bellos ojos / que tanto adoré…”
El tango es así, excelso, clásico y arrabalero, acoge en su alma trashumante el influjo del Jazz, busca en el dodecafonismo trascendencia, admite con expectativa los sonidos del rock, permite que los sonidos electrónicos le den un aire juvenil… y ahí está, desde la majestuosidad del Piazzola que deleita en la exquisitez de cada acorde, que está para ser escuchado y deviene pura sonoridad, pasando por la sorprendente Adriana Varela, a los renovados sonidos de Bajofondo, Tanguetto o Gotan Project. El tango, a diferencia de otras músicas exige sus espacios, la barra de un buen bar, la soledad acompañada, el humo, el telón de fondo de una pareja que lo baila, los contertulios de la mesa de al lado, o el cantor desafinado que evoca. En mi larga trayectoria de tanguero he vuelto a descubrir o he reencontrado piezas que fueron escritas hace más de cincuenta años y tienen la vigencia y la frescura de una manzana verde; aunque se intente, el tango ya no es moda, está inmerso en una legión de iniciados que lo seguimos degustando, otorgándole el lugar que le corresponde, algunas veces con algo de dolor, con el alma en pena o en la esplendidez de la sonrisa.
Es también una cuestión de actitud, no necesariamente se le debe asociar con la amargura o el desamparo; por el contrario, es el encuentro con la reflexión, con el disfrute de la noche, con el tiempo para uno, con versos más próximos al sueño, al tiempo, a la locura. El tango es decir amigo, que es casi la mejor palabra, cuando se encuentran afinidades, gustos similares y anacronismos podemos entender que existe algo de melancolía y de ternura en común, que es posible la camaradería y la complicidad, es también una lente de aumento para ver las fisuras del amor y un arco para enviar flechazos al infinito.
En tiempos recientes han vuelto a salir al escenario los bailarines haciendo alarde de sus habilidades acrobáticas, son más bien coreografías concebidas para el espectáculo, vuelven los salones de baile y las milongas. En mi caso prefiero escuchar el tango, leer sus letras, es un pretexto para sentirlo y para vivirlo, para verlo en el cine… de ahí que me resista a verlo en DVD; el tango es para compartirlo con amigos, desempolvar los viejos acetatos, no resiste los audífonos, no está hecho para los parlanticos del computador, no va de día.
Las veces que la vida me ha invitado a tomar camino, en los puertos donde he anclado busco un bar en donde pongan tangos y boleros, casi siempre lo he encontrado y con esta ayuda la cotidianidad brinda ángeles complacientes pródigos en la palabra y en el sentir. Y llego a la ciudad donde estoy ahora y la orfandad de tangos es total, es como estar en Kuala Lumpur, y así no se puede… por eso cuando pienso en los lugares donde escucho el tango y me entra la nostalgia, me dan ganas de tomar mi abrigo y la bufanda, de recorrer una callejuela bajo la luz de la luna, llegar a la barra del Viejo Almacén, decirle a Marielita que me sirva un vaso de lo mismo y que ponga un tango, por favor, un tango!!!!
Sus comentarios los pueden enviar a megaspar@hotmail.com