lunes, 29 de marzo de 2010

UN BRINDIS POR LA POESIA

La poesía, ese ejercicio íntimo de reflexión sobre los sentires más complejos de nuestra existencia, es, como decía Alfonso Castañón: “LA DECISIÓN DE LA PALABRA DE ALZARSE EN EL SILENCIO”. Es el privilegio de observar el paisaje que nos rodea y ponerlo a dialogar con las voces que provienen de nuestro interior, para dibujarlo con las palabras precisas, con su ritmo, con el mágico juego de ser ordenadas inteligentemente para producir sensaciones, para exaltar, para motivar pensamientos, para seducir con el artificio de la belleza. La poesía nos permite aumentar el equipaje del viaje de los hombres por el mundo, equipaje que pudiéramos utilizar para intentar desentrañar nuestros más recónditos pensamientos, para mirarnos, para combatir al olvido, para entender nuestro entorno, para asumir la época que nos tocó vivir, o para lanzar en soledad suspiros a la luna.

Es otra de las formas de huir de la barbarie, contiene elementos de identidad, por ser una de las mayores expresiones de nuestro idioma, es dinámica y es irreverentemente libre. El poeta es un visionario que, si le viene en gana, introduce nuevas palabras y las ordena como un cardumen de pececillos que se defienden del depredador. Igual puede escribir sentado cómodamente frente al ordenador o en la barra de una cafetería, su producto no depende del tiempo, no hay afanes; en el rigor de su oficio solo anhela que la palabra perdure. En nuestra época la poesía va más allá del verso o de lo simplemente bonito; la poesía también se sufre y tiene su vara de premios; parir un buen poema es acercarse a la vida después de la muerte.

Yo digo que no podemos ser sordos a su voz, cada obra que asumamos debería tener poesía, nuestra cotidianidad sería mejor si se mirara con la lente del poema, los actos humanos son eso, poemas, algunos bien escritos, otros aún sin pasar por el tamiz que les bruñe la forma y les agrega los ingredientes de la lucidez.

Sin embargo, seguimos mirando a los poetas como extraterrestres, como productos exóticos a los cuales podemos invitar para que animen las tertulias, pero que no van a ser exitosos en la vida, más bien pueden caer en la categoría de las ovejas descarriadas, de los poetas suicidas, de la desesperanza… Creo que el grado cultural de un pueblo va ligado al número de aedos que engendre, y al reconocimiento que se le otorgue a su oficio. Aunque hay poesía en la música y en todas las artes, la poesía a la que me refiero es la escrita, la del poema. Por eso, la desaparición de un poeta que nos guste es realmente una tragedia.

Obvio, hay poetas mayores, nuestras preferencias dependen del momento de la vida por el que estemos atravesando, de las lecturas recomendadas, o de la experiencia que hayamos adquirido como lectores. La poesía debería hacer parte de la canasta familiar, creo que siempre nos debería acompañar a todas partes un libro de poemas, al fin y al cabo los hay para todos los gustos. Como la lista de mis preferidos es bastante larga, citaré así como al azar algunos de ellos: Pedro Salinas, Miguel Hernández, José Martí, Rimbaud, Shakespeare, René Char, Alejandra Pizarnik, Guide, Allan Ginsberg, Pessoa, Kavafis, Octavio Paz….. y de los nuestros Giovanni Quessep, Aurelio Arturo, Silva, Gómez Jattin, Mario Rivero, quien ya va a hacer un año decidió dejar su mundo terrenal de tangos, pinturas, gatos y su casa del barrio la Candelaria de su querida Bogotá, para aventurarse en los arrabales del más allá. Alguna vez le escuché decir que “La poesía es una de las más interesantes experiencias de la inteligencia”; sus poemas urbanos con los Tangos para Irma la Dulce , Vuelvo a las calles, Mis asuntos, o el libro Del amor y su huella son postales del transeúnte anónimo que medita, mira vitrinas y el reflejo le devuelve un plano citadino de soledades de la mano del infalible del paso del tiempo.

Este es su autorretrato, y con él va un homenaje a una de las grandes voces de nuestra poesía:

“Soy como todo el mundo. Exactamente como cualquier hijo de vecino. Me gustan los helados, las muchachas y pararme frente a las carteleras de los cinematógrafos. Aunque la poesía es para mí una urgencia vital debo pasar fuera de ella 23 horas cada día. Todo lo que existe ha influido en mi poesía porque amo apasionadamente la vida en su sentido existencial, no desdeñando ninguna peripecia que pueda brindarme el ensanchamiento de mi universo interior. Sigo la línea de los escritores norteamericanos porque además sin cuidarme de la llamada dignidad literaria, escribo mis versos entre dos oficios. Extiendo mi mirada hacia todos los puntos cardinales y siempre me encuentro con el hombre. Profundamente desplazado, o con la vida echándosele encima. Acosado por el cemento. Relegado a un orden en el que su historia no tiene cabida. Esperando algo más… algo que nunca sucede…”
Sus comentarios los puede enviar a megaspar@hotmail.com

jueves, 25 de marzo de 2010

SI PASAS POR QUIBDÓ....

Quibdó nos parece un destino extraño, exótico e inusual, es muy improbable que en una agencia de viajes ofrezcan en sus rutas turísticas un tour por Quibdó, tal vez nos inviten a Nuquí, a Bahía Solano, Bahía Málaga y a Tribugá. Los visitantes lo hacen más por razones de trabajo, de negocios, por recomendación de amigos, o visitas familiares; y sin embargo, cuando se le recorre se van descubriendo esos atractivos que permiten que lo disfrutemos con la desprevención y placidez que implican otros ritmos de cotidianidad. Los atardeceres en el Malecón, un lugar de encuentro para retener en la mirada las aguas del Atrato, para asistir a eventos, para refrescar el corazón y contemplar las barcas que llevan y traen gentes y cosas de otras orillas de las selvas chocoanas, para sentarnos a deleitarnos con los colores, las formas y el donaire de sus mujeres morenas, sensuales y cadenciosas….

Desde los amplios ventanales de la biblioteca del Banco de la República se amplía el horizonte y podemos ver, hacia un lado, el barullo de la plaza de mercado, y hacia el otro, la catedral y el río que viaja hacia Urabá; la plaza de mercado, aún en su precariedad y decadencia, vale la pena recorrerse, ante todo por la diversidad de productos que ofrece y por la dinámica de las gentes que buscan en ella su diario vivir. En la medida que va pasando el tiempo descubrimos otros lugares que atraen: qué bueno disfrutar de los helados de la quinta, o de la limonada cerezada de Ricos, del exquisito mondongo que preparan en el restaurante de Doña Jacinta, el bacalao de la Paila de la Abuela, o el atollao de Borojó y café. En la noche, qué mejor que disfrutar una cerveza en la barra de El Sitio, para mi gusto el sitio con más identidad y mejor criterio musical, sin embargo si sabe de algún lugar donde haya chirimía en vivo, no se lo pierda.

Recorra la Alameda, con sus puestos de frutas y comida, hágale un homenaje a los miles de víctimas del conflicto armado en el departamento visitando la capilla de la Diócesis, donde están expuestas las fotografías de algunas víctimas de estos magnicidios; tome un taxi o dígale a un rapimotero que le haga un recorrido por Ciudad Jardín, Niño Jesús, San Vicente o Villa España, para que pueda observar los contrastes entre la opulencia, el bienestar y la miseria. En el muelle contrate una canoa que lo lleve, por ejemplo, a Rio Quito; súbase a una buseta… Quibdó es relativamente segura, a pesar de la pobreza y el desempleo no tiene los índices de delincuencia común o de indigencia que presentan conglomerados similares.

Si quiere pasear y refrescarse en un charco visite, por ejemplo, Tandó, La Torva o Tutunendo, el paseo de fin de semana es casi un compromiso, en las afueras se encuentran algunos buenos balnearios y sitios de descanso.
Aprender a vivir lo que hay, disfrutar lo que hay, acercarse a desentrañar el entorno, encontrar buenos guías, seguramente le llevará a encontrar lugares “invisibles”, asistir a eventos a los que no se les hace mucha difusión, ya sea en las universidades o en algunos ámbitos que estimulan la cultura y el diálogo. Un ejercicio importante es leer los diarios locales, escuchar las emisoras locales, sin no nos interesamos por lo que sucede en la región, la estadía será sosa, infructuosa y tal vez absurda. No se vaya con las manos vacías, compre algo en Damagua, telas para paruma, cestería Embera, bija, borojó, longaniza o pescado seco....

Quibdó no es un lugar para aburrirse, es un lugar con ritmo propio, hecha más para los quibdoseños que para los visitantes, de ahí que la mejor opción sea recorrerla de la mano con sus gentes, aquellas personas que generosamente nos brinden esa posibilidad. El calor humano de sus gentes será un motivo más para querer regresar!!!!
Sus comentarios los pueden enviar a megaspar@hotmail.com

lunes, 8 de marzo de 2010

BAJO UNA PEQUEÑA ESTRELLA

Un hermoso atardecer en Guatavita

En el día internacional de la mujer, vale la pena hacer un reconocimiento a todo lo que significan en la vida de cada uno de nosotros, No hay equipaje más poderoso ni más caprichoso que la memoria, y por ella deambulan aquellas que se fueron pero están, las abuelas, las que he conocido y las que he querido conocer, las que lastiman y las que aman, las que aman y lastiman. las que aparentemente pasan desapercibidas, las apasionadas, las lunáticas y las indiferentes.

Las que tienen todo nuestro amor, que son las hijas, las hermanas, que son también como mamás chiquitas, las valientes que salen a realizar sus sueños, y también las indefensas que cautivan con la inocencia y dominan con su debilidad. Las que tienen nombre de bolero, las percantas, las que leen en las bancas de los parques, las que se miran de reojo en los reflejos de las vitrimas, las que deliran por sus ídolos, las que trabajan para conseguir el pan.... también un homenaje para las vividoras, las jineteras, las niñas traviesas y las conejitas, las que chatean sin cesar y juegan sexting, las que aún guardan esquelas y estampitas, las que todos los días libran una encarnizada batalla contra el tiempo... todas ellas siempre se derretirán con un manojo de astromelias, se asustarán con un ratón y se enternecerán cuando les regalemos una estrella.

Y ahora qué mejor que hacerles un homenaje con los versos de la gran poeta polaca Wyslava Zsymborska:


BAJO UNA PEQUEÑA ESTRELLA

Que me disculpe la coincidencia por llamarla necesidad.
Que me disculpe la necesidad, si a pesar de ello me equivoco.
Que no se enoje la felicidad por considerarla mía.
Que me olviden los muertos que apenas si brillan en la memoria.
Que me disculpe el tiempo por el mucho mundo pasado
por alto a cada segundo.
Que me disculpe mi viejo amor por considerar al nuevo
el primero.
Perdonadme, guerras lejanas, por traer flores a casa.
Perdonadme, heridas abiertas, por pincharme en el dedo.
Que me disculpen los que claman desde el abismo el disco
de un minué.
Que me disculpe la gente en las estaciones por el sueño
a las cinco de la mañana.
Perdonadme, esperanza acosada, por reírme a veces.
Perdonadme, desiertos, por no correr con una cuchara de agua.
Y tú, gavilán, hace años el mismo, en esta misma jaula,
inmóvil mirando fijamente el mismo punto siempre,
absuélveme, aunque fueras un ave disecada.
Que me disculpe el árbol talado por las cuatro patas de la mesa.
Que me disculpen las grandes preguntas por las pequeñas respuestas.
Verdad, no me prestes demasiada atención.
Solemnidad, sé magnánima conmigo.
Soporta, misterio de la existencia, que arranque hilos de tu cola.
No me acuses, alma, de poseerte pocas veces.
Que me perdone todo por no poder estar en todas partes.
Que me perdonen todos por no saber ser cada uno de ellos,
cada una de ellas.
Sé que mientras viva nada me justifica
porque yo misma me lo impido.
Habla, no me tomes a mal que tome prestadas palabras patéticas
y que me esfuerce después para que parezcan ligeras.
Dos niñas Chamí, Embera en Santa Cecilia

miércoles, 3 de marzo de 2010

QUIBDÓ EN VISPERA DE ELECCIONES.....

Hoy llueve de otra vez, vuelvo a ver el Quibdó de las sombrillas, de las calles anegadas y el río Atrato caudaloso. También veo retroexcavadoras, cargadores y un sinnúmero de huecos y de obras en sus calles. Escucho el trepidar de los taladros y las mezcladoras; son las obras dizque para que llegue agua potable a las casas. Más de un año en eso!!!, calles que tapan y destapan, el tráfico congestionado y las gentes que toleran el paso de tortuga de las obras. Acá este ritmo es natural, parece que en Bogotá también.

Quibdó se encuentra en obra negra; vive en permanente construcción, tumban las casas de madera para dar paso a las nuevas edificaciones, esta vez levantadas con bloques que llevan en su alma las arenas del Atrato.

Para esta época aparecen multitud de garajes convertidos en sedes políticas, singulares personajes que lanzan sus candidaturas al congreso, los hay de todos los partidos, de muchas tendencias, sea de movimientos afrocolombianos, cristianos o partidos tradicionales. Esgrimen frases como “Símbolo de esperanza”, puede un representante a la cámara ser símbolo de esperanza?, otro anuncia ser la solución… la solución a qué?, probablemente no tiene siquiera resueltos sus problemas familiares. Otros se atribuyen estar “en el corazón de la gente”, “comprometidos con su gente”, ser dizque “el amigo”, “porque el Chocó lo quiere así”….. Sedes de deportistas, de exreinas, de políticos reencauchados, de pastores… y sin embargo no hay candidaturas del movimiento indígena, (o por lo menos no se visibilizan en volantes o pancartas) en un departamento que cuenta con cerca de cien mil personas.

Ya que hablamos de política, qué buen ejemplo nos ha dado la elección de Pepe Mujica como presidente del Uruguay, quien a los 74 años sucede a Tabaré Vásquez, y quien dijo en su discurso de posesión: “ nadie es más que nadie”… algo parecido a lo que sucede en nuestro país, que algunos personajitos se creen ungidos por el mesías para decir que son los mejores…. Los mejores falsos positivos, los mejores agroingresos seguros?, los mejor qué. Por el contrario, Pepe Mujica nos recordó que la historia no comienza ni termina con nosotros. Cuándo tendremos gobernantes del talante de Lula da Silva?, de la Bachelet, de Evo Morales?, la pregunta a hacernos es: si entre quienes se han postulado, alguno de ellos podría alcanzar ese alto vuelo?, desafortunadamente sus maquinarias están aceitadas no para volar, sino para mantener poderes corruptos, para negociar embajadas, para hacer genuflexiones a los capitales e influencias extranjeras.

Ahora que el país se salvó, por ahora, de la embestida a la constitución, gracias a las chambonadas de los impulsores del referendo, principalmente las de forma, qué oso… ni siquiera ser capaces de redactar la pregunta?, y el presidente, por estar encaramado en su curubito ni se percató, … él quien era el más interesado, se confió en unos pajecitos aduladores pero como ineptos, y sin embargo sigue enviando mensajes sobre por quién se tiene que votar.

Bueno, ahora que el país tiene la oportunidad de revisar un gobierno que sobredimensiona sus costosos logros y minimiza sus profundas falencias, sería bueno revisar la brújula y dejar de apuntar solo hacia lo que dice el norte. El mundo es más amplio, América es un continente que debe autorregularse en la democracia, cerrando la brecha entre la pobreza y la riqueza, y no como sostiene ese ridículo y petulante candidatico “que si el Estado le dá a los ricos se disminuye la pobreza”. Sabemos que en este país el conflicto sigue siendo la tenencia de la tierra, como este tema es una papa caliente, los candidatos evitan tratarlo… el país se está descampesinando, apenas se habla de mejorar coberturas en asistencia en salud y educación, pero las políticas tienden a beneficiar al gran capital, a concentrar la propiedad.

Como decía Ortega y Gasset “Yo soy yo y mi circunstancia”, pues la realidad se ofrece en una gran variedad de perspectivas singulares, acá en Quibdó llueve, Bogotá está en paro de transporte, todo el país anda en campañas políticas, los candidatos andan en giras prometiendo lo que seguramente no pueden ni quieren cumplir, y mientras tanto la señora que vende bocachico en la plaza de mercado continúa levantándose en la madrugada y con el sol a cuestas tiene que conseguir su diario, y así con cada historia de vida de los más de cuatro millones de desplazados que han visto cómo se suceden los gobiernos y ellos no obtienen los derechos que por ley se les han otorgado. Si esto es con ellos entonces tratemos de entender el sombrío panorama que a las comunidades indígenas, a los pobres, (no podemos olvidar que hasta las cifras oficiales nos indican que la pobreza, la miseria y la indigencia han aumentado) y a una clase media cada vez más atribulada y arrinconada, nos espera si no atinamos a elegir entre toda esa baraja a alguien que por lo menos nos garantice una mejor vía hacia el futuro.

Pueden enviar sus comentarios a megaspar@hotmail.com