lunes, 22 de noviembre de 2010

DECLARACION DE AMOR A LAS VENTANAS

Sucede que hay días
que hay tardes en que uno
no quisiera trabajar
en que uno quisiera estar por ahí
fumándose un cigarrillo
o bebiéndose un buen vino
mientras se acerca la noche.
En que uno quisiera estar por ahí
hablando sobre las primeras novias
con un viejo amigo
mientras la lluvia cae sobre la ciudad
como una cortina blanca
como un coro de ángeles húmedos.
Sucede que hay tardes
en que uno quiere volar por la ventana
en que uno quisiera ser como la música
que no pesa en el aire ni en los hombres
en que uno está para soñar
para conversar con antiguos
días de la infancia.
Sucede que hay días así
mañanas de esas en que uno permanece de vago
tardes de esas paréntesis de esos
en que duelen los horarios del oficio
y las teclas de la máquina
se clavan en el alma.
En que uno está totalmente desligado del mundo
y quisiera estar todo el tiempo
bailando sobre la lluvia.

Guillermo Martínez González


Hoy quiero compartir con ustedes este poema del huilense Guillermo Martínez G, sucede que hay días así, y creo que todos merecemos esos estados de ánimo en que la vida nos invita tan solo a pensar, a hacer figuras con pompas de jabón, o a dibujar arreboles en el ensueño.

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miércoles, 17 de noviembre de 2010

Que ¿de dónde vengo yó? …. Pues de Quibdó…

Vengo de esa ardiente y tropical tierra donde las aguas del río invaden el malecón, cuando en estos días cae más agua que de costumbre, los fuertes aguaceros son un asomo más de la exuberancia de la naturaleza del pacífico. Aquí la cotidianidad continúa llueva o truene; así ha sido desde que se tenga noticia de este lado…salen a relucir más sombrillas de colores, y la algarabía y el corrinche continúan su alegre curso.

Ahora que Chocquibtown acaba de ganarse el Grammy Latino, queda demostrado con más vehemencia que si hay algo que identifica profundamente a los chocoanos es su tradición e identidad cultural. Nunca he escuchado a un chocoano desconocer su música de chirimía, o dejar de cantar y bailar su esencia y raíces del folclor; es más, siguen siendo fomentadas desde el ámbito de sus centros educativos.

Un quibdoseño siempre quiere estar en Quibdó. Puede salir a recorrer el mundo pero añora estar en el parque Mosquera, que es como el gran club social de esta gran familia, rodeado de sus amigos y escuchando las músicas que retumban desde todos los parlantes. Para él la ciudad sigue siendo "exelente" así se vivan cotinianamente las más caóticas situaciones.

En la música de Chocquibtown se siente profundamente el sabor urbano de Quibdó; es mezcla de rap con chirimía, con alma de chonta y voz de cantaoras, huele a húmedo y lleva currulao y cusumbí.

Goyo, Tostao y Slow, quienes conforman este trío, se apegan profundamente a sus raíces y las convierten en un lenguaje universal joven, contemporáneo y comprometido con el Pacífico. Su sonido con tamboras y marimbas, es complementado con letras que dibujan situaciones vigentes; ese es su gran acierto, y sin embargo aún no suenan tanto como sus méritos lo demandan.

Estas expresiones culturales, y los éxitos de muchos de sus deportistas son hitos que se extienden más allá de las fronteras; Un Jairo Varela que continúa haciendo salsa del Pacífico marcando una clara diferencia con los ritmos del Caribe, muchos deportistas, algunos cerebros fugados que trabajan en proyectos de investigación en afamados centros científicos y uno que otro escritor contribuyen a contrarrestar el estigma que le dejan los malos manejos de sus dirigentes, quienes a pesar de entender su chocoanidad desde lo cultural, la menosprecian desde la sus desapegos éticos y desde su desbordada ambición.

Por esta música de fusión corren las aguas del San Juan y del Atrato y también se reflejan las señoras que juegan baraja en los andenes de sus casas en horas de la tarde cuando cae el sol, esta espléndida mezcla nos hace volver la mirada hacia las calles de Quibdó, hacia los miles de jóvenes afrocolombianos que buscan oportunidades y que quieren una región con inclusión, con identidad pero, sobre todo, con un futuro donde puedan vivir y ser reconocidos.

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lunes, 8 de noviembre de 2010

BRUJITAS EN QUIBDÓ

Desde los tiempos de los Celtas, con sus druídas y todo, que alejaban los espíritus del mal con sus rituales en esa noche especial, hace por allá dosmil quinientos años, pasando por el Halloween gringo, ha llegado esta festividad a casi todos los rincones de nuestra geografía. En Quibdó se lucieron mil y un disfraces y caretas, muchos dulces y la noche trajo también mucha diversión, bebida y rumba por calles y lugares de encuentro.

Creo que el 1 de Noviembre, o día de los muertos, cuando se celebra esa trascendental tradición mexicana, que viene de tiempos milenarios, de Aztecas y de Mayas, y que ha tenido sincretismo con los cultos católicos es una festividad mucho más pertinente, más apropiada a nuestro entorno cultural. Ese día los muertos salen de sus tumbas y quieren saber cómo están sus parientes que dejaron vivos, quieren visitarlos y para ello en las casas de los vivos se preparan viandas, dulces y bebidas, se adornan con guirnaldas y flores, se elaboran panecillos en forma de calaveras y se alista todo para el encuentro; es un festejo alegre que nos recuerda la fragilidad de nuestro paso por el mundo y la profunda conexión que, creemos que existe, entre el más allá y la vida terrenal. De ahí que nuestra híbrida celebración denote la ausencia casi total de elementos propios y se convierta en un mercadillo o un día más para divertirnos. Bueno, todo sea porque los niños, o como llaman aquí, el día de los angelitos, se diviertan!!!!

Sin embargo, quedan algunas postales que dan una idea de la celebración.








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martes, 2 de noviembre de 2010

AL MAESTRO UMAÑA LUNA... CON AFECTO Y ADMIRACIÓN

“Mi conciencia no la compra nadie, por nada y por ningún motivo” Esta sentencia, que está ligada profundamente a la ética y a la defensa de los derechos fundamentales, nos invita una vez más a reflexionar sobre los sucesos políticos recientes e históricos de nuestro país. ¿Cómo podemos tener claridad y lanzar juicios sin entender siquiera que en el juego del poder todo está permitido? A veces emitimos y escuchamos opiniones temerarias y precipitadas sobre intrincados temas de la realidad nacional, sin que ellas pasen por el filtro del análisis coherente y desapasionado. Como casi siempre, dejamos que las versiones sean moldeadas por los medios masivos de comunicación y por las tendenciosas apreciaciones de quienes manejan la opinión pública al estilo de los titiriteros. De dónde provienen nuestros elementos de juicio?, serán suficientes? El estudio de las estructuras sociopolíticas no debe ser tan ajeno a una realidad que cada vez necesita pensarse para encontrar nuevos caminos, es ahí donde implica acercarnos de verdad al conocimiento real y fundamentado; en el siglo pasado existieron maestros de maestros como el doctor Eduardo Umaña Luna, un hombre íntegro, intelectual y humanista, que nos dejó un legado de conocimientos sobre los derechos humanos y profundos análisis sobre las causas de la violencia en Colombia. Este académico, abogado de profesión y sociólogo por vocación, que siempre creyó en la duda metódica, en la paradoja, en el contraste, fue un librepensador, agnóstico y materialista de izquierda, quien nos ha heredado un libro clásico llamado “La violencia en Colombia” escrito junto a Orlando Fals Borda y Germán Guzmán Campos; y quien también analizó a partir de “La Declaración Universal de los Derechos de los Pueblos” los aspectos históricos, económicos, sociológicos, políticos de la crisis social colombiana. Siempre promulgó un humanismo social, sin promiscuidades ni complicidades. Fue un conocedor de “la historia ignorada o secreta” del país, de sucesos como tan oscuros como los golpes militares, Marquetalia, o juicios políticos a insurgentes, pues también durante muchos años fue fiscal de un Juzgado Superior de Bogotá, lo que le permitió ser precursor en la defensa de presos políticos. También centró sus preocupaciones en la niñez y la familia colombiana, y en el tratamiento que la ley les daba, de ahí se desprende una buena parte de su obra. Fue fundador del MRL junto a López Michelsen, del cual fue representante a la Cámara, y que abandonó cuando éste regresó de nuevo las toldas del liberalismo. En un texto para sus alumnos de la Universidad Nacional, donde fue creador del departamento de Sociología escribía: “La actividad social de la gente de universidad debe ser totalmente ajena a toda actitud de conformismos con la injusticia social, la desigualdad económica y la opresión intelectual”. El maestro Umaña, quien dejó centenares de discípulos, pues consideró la universidad como su hogar, hasta el final fue fiel a sus convicciones profundas, fue un lúcido acusador de la cómoda moral de quienes manipulan con el poder y lo utilizan en beneficio propio. Naturalmente, siempre concibió la universidad como un lugar para pensar, estudiar y debatir los problemas nacionales. Fue también un defensor de presos políticos al igual que su hijo Eduardo Umaña Mendoza, quien fuera asesinado por sus convicciones y su valentía para asumir casos emblemáticos de masacres y magnicidios. El maestro Umaña Luna siempre defendió lo que él consideraba causas justas de los indígenas, los estudiantes, los campesinos, o sea, los desprotegidos del país. Siempre sentí, y mantengo, una profunda admiración y respeto hacia el maestro, especialmente cuando asistí a sus charlas que versaban sobre diversos temas de actualidad, y también por su vasta cultura que también le dejaba tiempo para ser un asiduo asistente a los conciertos de la Filarmónica, los sábados por la tarde en el auditorio León de Greiff de la Universidad Nacional. Ante todo fue un gran generador de ideas, de iniciativas y de controversias, que siempre fue escéptico a cualquier posición dogmática, pues afirmaba que “el dogmatismo es la negación de toda inteligencia”. Fue ante todo un observador de la realidad colombiana y un rebelde con causa, lúcido, decano de la facultad de Derecho, fundador de cátedras de Derechos Humanos. Qué más se puede pedir a un hombre de semejantes cualidades y principios? Este es un reconocimiento y una invitación a visitar su legado, el cual, hoy más que nunca, después de más de dos años de su muerte, mantiene intacta su vigencia. En una próxima entrega hablaremos del maestro Estanislao Zuleta. Sus comentarios los pueden enviar a megaspar@hotmail.com