martes, 7 de diciembre de 2010

LA CHIRIMÍA. CONFABULACIÓN DE VIENTO Y PERCUSIÓN

Una confabulación de viento y percusión es la chirimía. Es emblema de chocoanidad, sus notas tienen el sabor de los vientos que llegaron para dar mayor identidad a su sonido. Llegaron el bombardino, el clarinete y el saxofón; ahí estaban la tambora tradicional chocoana, herencia de los tambores africanos, y el redoblante y los platillos, afines a las bandas marciales que, -aún no me explico por qué, - son tan familiares en estos contornos.
Ese es su formato tradicional, con él se pueden interpretar todos los aires tradicionales del Chocó –abozaos, sones, mazurkas, levantapolvos, makerules- así como sonidos contemporáneos. En la vida social chocoana, desde Itsmina a Riosucio, toda celebración social, fiesta, romería, festival, desfile o corrinche, vá acompañada de los acordes de la chirimía. Su formato está concebido para ir caminando, para tocar canciones al aire libre, para sonar bajo la lluvia y para alegrar el alma de quienes la siguen. Las letras de sus canciones cuentan historias de personajes tradicionales, de situaciones cotidianas, cuentan de amores y reflejan el amor hacia el terruño. Sus letras están salpicadas de esa picardía libidinosa que juega en el aire, tienen la gracia de la oralidad chocoana, el acento propio del lenguaje del diario, el sabor natural del afro y la humedad de los pueblos donde fue inspirada. Dicen los estudiosos que el principal instrumento de la chirimía es el clarinete, a mi parecer lo que innova es el bombardino, que ha dejado de ser un simple instrumento que marca las notas graves, para establecer diálogos sonoros en la melodía.

La chirimía se disfruta en los poblados, desde Quibdó hasta las pequeñas poblaciones tienen una amplia tradición y esa musicalidad innata se refleja en la gran cantidad de grupos existentes. No hay más chirimías, porque no hay más bombardinos; las mujeres tienen chirimía, la policía también, todo aquel que quiera llamar la atención la utiliza, sea el dueño del supermercado o el político en campaña. Llama la atención ver que la chirimía ya no es solo patrimonio de los hombres, que se lucían con su destreza, su resistencia y la capacidad de aguantar trago, y ahora hay grupos como Herencia Femenina, que reafirman la permanencia de este formato y la profunda aceptación que la ombliga con la naturaleza del sentir chocoano.

Algunos grupos tienen mayor experiencia y sobresalen por su calidad y originalidad: el grupo Saboreo, del maestro Panesso (el de todo a mil), Tanguí Chirimía y La Contundencia del maestro Hinchao, promueven su permanencia cultural, traen propuestas sonoras innovadoras, incluyen otros instrumentos, contextualizan las letras de sus canciones con el momento actual y cumplen una labor pedagógica con las nuevas generaciones.

Letras como Tocaba la Banda, de Zully Murillo, gordo sabroso, el celular, la levanta polvo, hombre na´má, Teresa o La guañaña, son tan solo una muestra de la riqueza de un folclor absolutamente vigente, que no está hecho para representaciones culturales, sino que está elaborado para el disfrute pleno y para estimular identidades. No se puede concebir una festividad de San Pacho sin chirimía, tanto es así que los grandes maestros musicales fueron sacerdotes que estimularon la creación de estas agrupaciones. No existe bunde sin chirimía, no hay revulú y la piel no sentirá lo que le viene en la sangre.

Aunque se creen nuevos festivales y la chirimía chocoana vaya al Petronio Alvarez, o al recientemente creado Festival Antero Agualimpia, su esencia está en la calle, bajo la lluvia o en las multitudinarias celebraciones chocoanas, ahí es donde se le siente viva, cuando las gentes cantan sus canciones, cuando bastan las notas del bombardino y a las mujeres se les erizan las caderas. Bastan las notas de la chirimía para que el chocoano olvide sus angustias, para que se sienta chocoano, para que el alma viaje en panga por el Atrato, a festejar con su familia extensa. Si la chirimía no desborda las fronteras del Chocó es por su complejidad, porque está profundamente enraizada en sus habitantes, y porque los extraños no logramos desentrañarle todo el sincretismo que expresan los músicos en cada interpretación.

Esta es una invitación abierta a que busquen la oportunidad de deleitarse con una chirimía (en vivo), no tienen gracia en los videos que se bajan del you tube, tampoco las grabaciones descuidadas. Solo en su cercanía se puede percibir esa sensación única, particular que transmite el aire cuando la chirimía suena!!!!

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lunes, 6 de diciembre de 2010

CHOCÓ, CON EL AGUA AL CUELLO!!!!!

En el Chocó es usual que llueva casi todos los días. Sus gentes se han acostumbrado a continuar con sus labores cotidianas llueva o truene, así ha sido desde siempre, en sus selvas y en sus caudalosos ríos, gracias a ser una de las regiones más lluviosas del mundo; también su suelo se ha bañado con la sangre de muchas víctimas inocentes; es una región que se ha ido acostumbrando a convivir cada vez más con la tragedia y con los desastres.

Para esta época del año, en que se ha venido toda el agua del cielo encima, estamos pasando uno de los momentos más críticos que se puedan vivir a lo largo y ancho de todo el país. Vemos cómo los ríos se desbordan e inundan terrenos que van muchísimos kilómetros más allá de sus riberas; las noticias nos muestran unas cordilleras derritiéndose, vías colapsadas, casas sepultadas, poblaciones sumergidas, cultivos perdidos, éxodos y damnificados.

Quibdó no se destaca propiamente por su ordenamiento urbano, su precario manejo de las basuras contribuye al taponamiento de la débil red de alcantarillados, y sus calles principales, como la Alameda, presentan tal deterioro, que es un riesgo transitarlas, cráteres, congestiones de tránsito y una sensación de abandono completan su húmedo paisaje.

Gracias a las “diligentes” administraciones municipales, no hay cómo atender una emergencia, el cuerpo de bomberos ni siquiera tiene un carro en buen estado, ya sea para apagar incendios o para afrontar inundaciones. No existen programas de prevención, ni observatorios metereológicos, estudioss climáticos, monitoreos de nivel de los ríos, ni un efectivo dragado de sus cauces. Así es prácticamente imposible evitar tragedias, si a esto se le suma que la gran parte de la población habita en viviendas de madera y en suelos inestables o anegadizos, se puede decir que antes no ha sucedido mayor cosa.

Y sin embargo ya van más de 100.000 damnificados, los ríos arrasan corregimientos, veredas y lo que van encontrando a su paso; no hay plata para atender semejante contingencia, la gobernabilidad también hace agua y los municipios están quebrados; los pocos recursos que llegan se embolatan y van a parar a las arcas de los administradores públicos, la ineptitud de las administraciones municipales llega a tal punto que ni siquiera han sido capaces de actualizar el Sisben y, por supuesto, quienes se ven más afectados son los pobres históricos, que son casi todos los habitantes de este departamento. ¿Qué se puede pedir? ¿Luego en la capital no se presentan escándalos de corrupción y entrega de contratos a dedo?

Cada vez más estragos azotan esta tierra que ahora es lodo. ¿Cómo solidarizarnos o qué hacer en estos momentos? Hace poco se expidió una ley que otorga subsidios para vivienda a las víctimas de estos desastres naturales, ¿pero si aún no se han hecho realidad los subsidios para la población desplazada víctima de la violencia que se adjudicaron hace más de ocho años, será posible que desde el Estado se dé una respuesta efectiva y oportuna?

Tenemos que ser conscientes, que aparte del fenómeno de “la niña”, estas son las consecuencias de nuestro pésimo manejo de las cuencas de los ríos, de los obtusos procesos de planeación, de la sobreexplotación de los recursos mineros y de nuestra displicencia con las víctimas. Es cierto que desastres de esta naturaleza también se padecen en muchas regiones del mundo, pero nuestro mayor problema es que nunca estamos preparados, es la indiferencia de quienes sobreaguamos o estamos encima de una chalupa; lo que el agua arrastra es también la esperanza de un mejor futuro, se nos lleva la comida… y también la vida. Ojalá todos nos volcáramos en una avalancha de solidaridad, sería posible tener el propósito común -desde el Estado y desde cada uno de nosotros- para que una parte de lo que gastemos en los festejos navideños lo dediquemos a hacer menos penosa la situación de las víctimas?, este sería un claro ejemplo de austeridad y compromiso real con quienes en estos momentos de verdad lo necesitan.

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viernes, 3 de diciembre de 2010

¿COMO SER UN GRAN ESCRITOR?

Tienes que cogerte a muchas mujeres
bellas mujeres
y escribir unos pocos poemas de amor decentes
y no te preocupes por la edad
y/o los nuevos talentos
sólo toma cerveza más y más cerveza.
Anda al hipódromo por lo menos una vez
a la semana
y gana
si es posible.
aprender a ganar es difícil,
cualquier patán puede ser un buen perdedor.
y no olvides tu Brahms,
tu Bach y tu
cerveza.
no te exijas.
duerme hasta el mediodía.
evita las tarjetas de crédito
o pagar cualquier cosa en término.
acuérdate de que no hay un pedazo de culo
en este mundo que valga más de 50 dólares
(en 1977).
y si tienes capacidad de amar
ámate a ti mismo primero
pero siempre sé consciente de la posibilidad de
la total derrota
ya sea por buenas o malas razones.
un sabor temprano de la muerte no es necesariamente
una mala cosa.
quédate afuera de las iglesias y los bares y los museos
y como las arañas sé
paciente,
el tiempo es la cruz de todos.
Más que
el exilio
la derrota
la traición
toda esa basura
quédate con la cerveza
la cerveza es continua sangre.
una amante continua.
agarra una buena máquina de escribir
y mientras los pasos van y vienen
más allá de tu ventana
dale duro a esa cosa
dale duro.
hace como el toro en la primera embestida.
y recuerda a los perros viejos,
que pelearon tan bien:
Hemingway, Celine, Dostoievsky, Hamsun.
si crees que no se volvieron locos en habitaciones minúsculas
como te está pasando a ti ahora,
sin mujeres
sin comida
sin esperanza...
entonces no estás listo
toma más cerveza.
hay tiempo.
y si no hay
está bien
igual.

Hoy quiero compartir con ustedes este hermoso poema de Charles Bukowsky