Dicen que es la versión 361 de las fiestas Franciscanas; con sus desfiles de banderas y de comparsas, San Pacho está en las calles, desempolvan las imágenes, lo engalanan, lo colocan en el frente de las casas. San Pacho es el mismísimo San Francisco de Asís, patrono de la ciudad, los habitantes lo llaman así cariñosamente, es su amigo, su cómplice y mantienen una relación de familiaridad tal que podemos decir, es invitado a cuanto acto o festín realicen, sea espiritual o pagano. San Pacho es negro, es chocoano, es auténtico, huele a carne ahumada, a aguardiente, a Río Atrato, a almizcle, a piel morena. Le pertenece a todos, por eso se espera todo el año, es patrimonio de ricos y pobres, de jóvenes y mayores, es liberación, sincretismo y lujuria.

La fiesta tiene otros aspectos más allá de lo lúdico: su contenido cultural e histórico, en el marco del Festival de música Petronio Alvarez se realizó una exposición alusiva a las fiestas; acá se realizará una gran feria artesanal, los grupos folclóricos más representativos estarán presentes, y se anuncia un superconcierto con los Van Van de Cuba, que por estos días tienen pegado el tema “Me mantengo”. En el malecón se levanta una escultura realizada por el artista Miguel Sopó que, espero, sea engalanada para estos días. Se adornarán espacios públicos, plazas de comidas, para esos días se incrementarán las ventas populares, el desorden y el rebusque.


Desde ya me puedo imaginar el tráfico de pangas y canoas por el río, los colores, la lluvia alegre, el atolondrador sonido de los equipos de sonido en cada cuadra, en cada casa, las botellas vacías, la noche que no termina y la resaca.Este es solo un abrebocas, los que se animen a venir, avisen con tiempo, pues se espera una gran afluencia de gocetas de alta resistencia. Las próximas notas estarán dedicadas a contar algunos aspectos de los preparativos, de la tradición, del patrimonio, también crónicas del Quibdó bizarro, para que se vayan haciendo una idea de lo que les espera si se aparecen por acá, de lo que se pierden o de lo que se salvan.
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