
Creo que a Paulita le encantarían muchos aspectos que aún permanecen en Quibdó. Entre ellos, el barullo del transporte público - y me recuerda que alguna vez que siendo muy chica y llegando de Estados Unidos, le parecía asombroso que uno sacara la mano, y la buseta, el bus, el taxi, se detuviera, aún en mitad de la vía y nos recogiera,- eso también puede ser un pretexto para remontarnos a nuestra tierna infancia o a las épocas de estudiantes, cuando era tan significativa la ruta como el destino; por ahora voy a dibujar algunas imágenes que se nos van diluyendo y que corren el riesgo de desaparecer, (para bien o para mal, ustedes dirán).
No hay un transmilenio engallado!! Y eso ya es motivo de sospecha, ninguno se llama “Soy el papá de todas las busetas”, o “El renegado”; están pintados de un solo color, ignorando el gusto que tenemos por los colorinches, los letreros con arabescos, los vidrios con películas plateadas, las luces, las cornetas, las copas y los espejos con figuras de mujer, es más, no les pegan ni una calcomanía, ni del che, de Cristo, del niño Jesús, o ese rosarito chiquito con una virgen, que está tan de moda. Ningún transmilenio tiene radio, o sea que los locutores de las emisoras no les pueden enviar saludos, ni dedicatorias, grave…. La mitad de las canciones que me sé las aprendí a la fuerza viajando en bus.
Se acuerdan de los buses que tenían “consola”? era una vaina forrada en cordobán, (vi algunas en peluche) que estaba e
Y la pobre rutina de los conductores de transmilenio, los han convencido que

En mis tiempos de escolar salía todos los días a las seis de la mañana el mismo bus, con la misma ruta, casi siempre los mismos pasajeros, ya nos conocíamos, casi que teníamos escriturado el asiento, las ventanas las podíamos bajar y subir a libre albedrío, creo que ahí había más cultura ciudadana y mayor sentido comunitario, era un transporte
Antes los paraderos eran para escampar, para encontrarse con los amigos, tenían casetas para comprar dulces, el periódico o empanadas, no era obligación usarlos, si el bus se varaba nos devolvían el dinero. Mi hermano sabía cuáles eran los buses más nuevos y los conductores más veloces, esos eran sus preferidos. También he visto en Quibdó choferes que esperan a los pasajeros cuando l

Yo no sé qué tan malo sea que haya vendedores ambulantes o cantantes en los buses, más en unas ciudades donde la mayoría de la gente vive del rebusque, pero creo que la solución no está en una rotunda negativa.
Los tiempos van cambiando. Antes cualquier persona era transportadora, mi vecino era dueño de medio bus!!!! Y los domingos siempre estaba debajo del bus, o encima con el capó abierto, reparándolo. Y de ese medio bus vivía toda la familia. Hoy ante la resistencia a construir el Metro, nos hacen creer que el trasmilenio es como un metro, con sus galpones estaciones, con la calle para ellos solos, con los pasajes más costosos, las vías solo para ellos, para quienes? Para generar grandes utilidades a un grupo de selectos y exclusivos dueños. Los pasajeros no importamos, el servicio no es amable; solo somos un número en la registradora, en el apretujón, el trasmilenio no está diseñado ni para niños, ni para ancianos, ni para mujeres embarazadas, ni para nosotros…. Son altísimos, quedamos colgados del tubo, son monótonos, siguen siendo inseguros… con total certeza, que de no ser porque sus puertas se cierran, también colgarían de ellos racimos humanos. ¿que son más rápidos? Sería el colmo que con tanta inversión no les rindiera un poco más, seguramente todo ese desgaste de ciudad pueda traer beneficios a los habitantes cada vez más urgidos de mayor movilidad, llegar a tiempo a sus trabajos, pero siempre queda en el aire un nimbo de nostalgia, algo parecido al que puedo sentir por la desaparición los cinemas de barrio.

Nota: las fotos del trasmilenio han sido bajadas del internet. Sus comentarios los pueden enviar a megaspar@hotmail.com
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