Bienvenidos a mi blogger, en estos tiempos de emergencia económica he venido a vivir y a trabajar en este litoral Pacifico, ahí les cuento mis primeras impresiones sobre estas tierras.
Cordialmente.
Mario
Que es Quibdo?
Un anfibio moreno y pobre que contonea las caderas y transpira donaire, sensualidad y melancolía.
Vista desde el avión, es una catedral, un río y una pista de aterrizaje en medio de una inmensa yesca.
Ya en el suelo es una población donde el agua somete a sus caprichos a los pobladores, agua en las nubes, agua de río, agua en sus caños, y muy poca agua de acueducto, casi nada de agua de beber…. su principal ruta de navegación es el caudaloso, imponente, rico y ahora convertido en cloaca, río Atrato. El Malecón es Terminal de transportes a donde llegan desde antes del alba campesinos, indígenas y negros en canoas trayendo miles y miles de racimos de plátano, entrabados con borojos, marañones, mangos, yucas y pescados. Es también lugar de paseo, de descanso, ocio, contemplación, sitio de reunión y alma urbana para los pobres de Quibdo.
La algarabía es constante, en la plaza de mercado, en las calles, a la sombra de los edificios públicos se desparraman los vendedores y vendedoras de piñas, pescado seco, abarrotes, cachivaches, hierbas medicinales y platos de comida. La construcción mas grande es el bunker de la Fiscalia, parece que por fea no la quisieron en Ciudad Gótica y vino a parar aquí; nada tiene que ver con el entorno, no hay el menor referente a la chocoanidad, tan solo inspira el temor inquisitorial de lo “implacable que puede ser la justicia”
La suciedad es parte del paisaje, las basuras conviven con la gente y los escombros de las construcciones también van a los andenes. Se ven muchas construcciones sin terminar, también hay una intensa actividad en cuanto a obras publicas, las calles están llenas de huecos, de obreros, de maquinas, y sin embargo, no se ve nada terminado.
Quibdo huele a humedad, por las paredes de sus casas crece el moho, el musgo y la vegetación amenaza devorarlo todo, seguramente si los seres humanos se fueran, el poblado seria devorado muy pronto por la selva.
Como llueve todos los días siquiera una vez, el barro lo unta todo; los chubascos desocupan las calles, y al momento aparece de nuevo el sol, ese calor que moja, que empapa de sudor hasta los tuétanos, que atrae mosquitos y que nos llena de picazón el cuerpo y de ronchas el espíritu.
Para vivir en Quibdo se necesita ser del Pacifico, se debe ser negro[1] o indígena, los forasteros que han llegado tienen su cuerpo aquí, sus negocios aquí, pero su alma mira con nostalgia a la lejana Pereira o al remoto Medellín, a donde quisieran volver.
En sus calles deambulan familias de Emberas, ellas vestidas con pintorescas telas de preciosos y rechinantes colorines, ellos con camisetas y pantalonetas deportivas. Miran hacia el interior de los almacenes, o se agrupan alrededor de las oficinas publicas, algunos venden artesanías, o frutas, no piden dinero, en los rostros de los mayores y los niños se ve la nostalgia de no poder estar en sus tierras, y en los ojos de los jóvenes las ganas de desentrañar y aventurarse en la atrayente vida urbana
Creo que hay mas policías por habitante que en cualquier otra ciudad, y sin embargo, todos los días hay muertos selectivos, explosiones de petardos y atentados a la gente, en las calles transitan relucientes radiopatrullas, camionetas 4x4 blindadas, de vidrios oscuros, pertenecientes a acaudalados personajes o a influyentes políticos; casi no hay transporte publico y en cambio circulan mas de diez mil motocicletas. Nunca estuve en ciudad alguna con tanta cantidad de estos aparatos, sirven rapitaxis, como medio de transporte para incursionar en las trochas de calles que llegan a los barrios de las afueras. Una moto es uno de los bienes mas preciados de quienes habitan y trabajan o estudian en este reducto del África en Colombia.
Quibdo podría estar ubicada en Ganha, en Kenia o en Costa de Marfil, da igual…. Los negros ricos llevan cadenas de oro, anillos de oro, relojes de oro, aretes de oro y son impecables en el vestir, el poder y la opulencia se les nota desde lejos, sus casas tienen columnas, balcones de media luna, mucha yeseria, mármol, puertas y ventanas de vidrios a prueba de sol, aire acondicionado y una ornamentación abigarrada; o se a que estilo de pastillaje puedan pertenecer, o cuales serán sus creadores. No hay propiamente barrios de ricos, al lado de una de estas construcciones puede coexistir una casa de madera pintada de colores con un cobertizo para que en largas jornadas los parroquianos jueguen extensas partidas de domino o baraja.
Miro a la gente que transita sin ninguna prisa por las calles, las mujeres gordas, caderotas, culonas, con piernas de matar filisteos, casi todas en sandalias preferiblemente doradas o con brillantes; los hombres robustos, grandísimos, los de situación holgada - profesores, empleados públicos, comerciantes, pensionados - visten bluyines y zapatos de material, ahora casi todos andan con la cabeza rapada.
En Quibdo hay demasiados profesores, licenciados y abogados: muchos colegios, muchisisimos escolares y gente joven que invade cada espacio, parque o lugar de reunión o juerga; los jóvenes y las jovencitas son elegantísimos, los unos visten de negro, con aretes, rapados o con peinados reguetoneros, las camisetas llevan letreros en ingles y están adornadas por volutas, diseños y escarchas plateadas y doradas, las zapatillas de marca son fundamentales en su indumentaria. Son morenos y morenas de una hermosura especial, de hecho hay un culto a la belleza, en cada cuadra existe por lo menos una sala de belleza, y los principales almacenes son aquellos que venden al por mayor brillantinas, esmaltes, cepillos, peines y todo tipo de cremas y ungüentos. Las mujeres lucen sus encantos desde la belleza de sus peinados hasta las uñas gordas de los dedos de sus pies, estas son miniaturas con las cuales se puede hacer perfectamente una exposición.
Muy pocos se sienten orgullosos de su condición chocoana, hay algunas pequeñas fabricas de camisetas o tiendas de diseño con identidad, pero estas son principalmente para que la gente la luzca afuera del departamento.
Hay pandemia de motos y de vallenatos, desde principio de Mayo Quibdo tiene un Rey chocoano de la canción inédita en el Festival vallenato, para que entiendan se llama William…
En las próximas entregas les contare algo más de la geografía, el gobierno y el manejo de la política, la música, la noche, las mujeres…. las fiestas, los preparativos de San Pacho, entre otros. Los acontecimientos que me inquietan o sorprenden.
Nota: el problema de las tildes es del computador y no mío.
[1] Naturalmente sabemos que son afro descendientes, que son parte de nuestra diversidad étnica y cultural, con identidad propia e inmensos aportes en todos los campos del conocimiento a la construcción de país.
Un lugar para compartir con ustedes experiencias y sentires de mis viajes, de mi oficio. Para mostrar algunas vivencias y el transcurrir de los días; poner en escena las reflexiones, las imágenes y los sonidos que me atraen. Ha sido pensado con el ánimo de afianzar aficiones, ilusiones, los afectos, la amistad, la creatividad y el gusto por lo vital. Es también un motivo para desplegar el apego a la palabra, a la adicción de escribir... Siga Bienvenid@!!!
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Hola Mario:
ResponderEliminarDesde tierras vikingas.. solo tengo que felicitarte... muy bueno tu blog... que nostalgia me dá y que apetito tambien.. no sabes cuanto anhelamos mi Sebas y yo un jugo natural, una yuquita frita... y por Dios plátano frito.. ojalá muchos supieran como yo ahora lo sé, por que estoy sufriendo por la falta de toda esa abundancia de frutas.. lo valiosa de esa tierra y sus habitantes!!!
Un abracito y no pares de escribir!!! sorry por la mala ortografía pero tengo un revuelto en mi cabeza en este momento!!!
Gracias por las alas!
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