Y como es obvio, aparecen los recuerdos, de los días de infancia cuando mi madre nos preparaba un desayuno especial y mi padre llegaba del trabajo por la noche trayendo un porqué de la pastelería Cyrano, y algún regalo que casi siempre era un libro o un juguete. En ese tiempo, igual que hoy, con mis hermanos seguimos celebrando este día con especial ternura.
En la adolescencia, con los amigos de barrio, navegábamos en garrafas de vino ordinario, y qué felices que éramos, me alegra sobremanera que aún hoy se acuerden de estas fechas, escriban y llamen, esos fueron unos días muy felices!!!!
Me gustan estos cumpleaños de ahora porque aparece mucha gente solo por estos días, -en el facebook-, dejan hermosos mensajes, aunque no inviten a celebrar personalmente. Hasta de la tarjeta de puntos de almacenes Exito lo felicitan a uno; me alegran especialmente las llamadas de esos días, y también quienes deciden acompañarnos en el brindis, también las hermosas sorpresas de recibir mensajitos cantados en vivo, (sobre todo la primera parte).
Tamborito en El Malecón |
Queda claro que me espantan los libros de autosuperación, o los consejos sobre cómo enfrentar el paso del tiempo, o las historias de amores otoñales. También me aterrorizan las “cuchotecas”, los salones del recuerdo, la gente que dice: “se perdieron los valores, se perdió el respeto”; me molestarán toda la vida los adultos godos, y más los jóvenes godos, los seres excluyentes, la música militar, la comida vegetariana, el cigarrillo sin nicotina, la cerveza sin alcohol, el café sin cafeína, el sexo virtual, la leche deslactosada, las mujeres insípidas…..
El espejo nos devuelve entonces imágenes cansadas, cuando se nos aparece un rostro al cual le crecen más a mayor velocidad los pelos de la nariz y de las orejas, las líneas de expresión (otrora llamadas arrugas), se acentúan dotándonos de un aire experimentado y curtido, El cabello se destiñe, y empezamos a angustiarnos cuando las canas decidan aparecer allá donde sabemos. Eso sin hablar de lo que llamaríamos achaques: “Ala, me salió una vaina…., que me tiene jodido.” O de la espantosa letra chiquita.
Aún así nos toca continuar, es como cuando tocamos el borde de la piscina y empezamos a devolvernos, a ritmo más lento, dosificando fuerzas, sin ruido, con prudencia…. Y aprendemos a disfrutar la vida de formas diferentes. La buena educación es una vaina inventada por los viejos, por eso es tan aburridora, y se hizo para ocultar el paso del tiempo, así mismo el protocolo lo diseñaron para no sentirse agredidos ni irrespetados en su dignidad.
Como les digo, no estoy en contra del paso de los años, ni más faltaba!!!!, aún cuando ya ciertas mujeres le pongan reparos a nuestra edad, uno qué culpa!!!, claro, pero en el caso que uno fuera multimillonario no existiría problema, verdad? Con los años llega la experiencia, el conocimiento, la sabiduría, el buen gusto…. Si ven? Hay muchas vainas con las que uno puede consolarse, mejorar su autoestima, sentirse atractivo… igual, también los años hacen huella en las mujeres, aunque ellas sí libren una encarnizada batalla para maquillarlos.
Una celebración intercultural |
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