A muy pocos días de
iniciarse los diálogos de paz en la Habana, en medio de un paro armado que ha
decretado la insurgencia, cuando se ha paralizado el transporte en las pocas
vías que hay en el departamento del Chocó,
cuando se ha prohibido la navegabilidad por los ríos del departamento,
cuando la gente va atemorizada por campos y centros urbanos, cuando se viven
sentimientos de zozobra e impotencia de los pueblos negros e indígenas en un
territorio contra el cual se han ensañado, que ha sido expoliado y usufructuado
por unos cuantos….. sí, en medio de ese territorio que es casi desconocido para
la mayoría de los colombianos, que aparte de las noticias de orden público, su
exótico paisaje y su reiterada pobreza, ah, y de los goles que siembran sus
futbolistas en las canchas del mundo, no se dibuja en otros imaginarios… sí, en
medio de ese temporal escenario de conflicto, desgobierno y corruptelas, hay
otro Chocó que se construye, que va reforestando la vida, que sabe de sus
potencialidades y que le apuesta a un futuro con agua limpia, con oxígeno y con
dignidad.
Embera |
Es la gratificante y
esperanzadora sensación que queda después de asistir al evento que organizó el
Instituto de Investigaciones Ambientales del pacífico, IIAP, y en el cual
presentó el documental EMBERA de
Andrés Estefan y Felipe Pinzón, que testimonia el despojo y las cada vez más
difíciles condiciones de vida de los pueblos indígenas del Chocó, entre ellos
los Embera Dobida, o Emberas de río, que van sucumbiendo al impedírseles practicar
libremente sus actividades de caza, pesca y recolección, a la expulsión de sus
territorios, a “las locomotoras” del progreso, a la indolencia, al desprecio y
al abandono de la sociedad y de las instituciones del Estado; que están siendo
arrinconados por el brutal avance de los intereses del capital.
Así mismo, en este evento,
-que se tuvo lugar en el auditorio del Banco de la República de Quibdó- se
presentaron las más recientes publicaciones del Instituto, una de ellas: CHOCÓ BIOGEOGRÁFICO “Aportes al conocimiento de
los ecosistemas estratégicos y las espacies de interés especial”, cuenta de
humedales, de manglares, de páramos, de espacies animales y vegetales
amenazadas. Es un libro que tiene la disciplina y la rigurosidad de la
investigación, y que valora los conocimientos tradicionales de las comunidades,
y que aún para quienes no somos expertos en ciertos temas nos enseña sobre “las
plantas más representativas del Páramo del Duende” , que si bien no estamos
familiarizados con nombres como Alstroemeriaceae, nos la ilustra con excelentes
fotografías a todo color.
Chocó Biogeográfico |
Y nos alerta sobre las
especies de peces en peligro (amenazadas, como casi toda la población del
departamento) y de patos, pajuiles, monos ahulladores, tatabros, cotorras,
tigrilos y caimanes, que al paso que vamos las próximas generaciones (si las
hay) solo los conocerán en forma de muñecos de peluche.
Por fortuna, el libro cierra
esperanzador con un capítulo sobre Biocomercio y Mercados Verdes, que permite
avizorar la posibilidad de que existan alternativas de usos sustentables de
esta franja del pacífico.
Otra valiosa publicación es “Los ancestros y el patrimonio cultural en
el Chocó” de autoría de la profesora Ana Gilma Ayala; aborda temas tan
interesantes e indaga respuestas a preguntas sobre ¿Quiénes son y dónde están
nuestros ancestros?, ¿donde han dejado marcada su huella?, rememora los códigos éticos de los ancestros
y nos invita a hacer un viaje por la arquitectura tradicional chocoana, sobre
su cultura material, de hornos de
tucos, de paliaderas, sosungas y
manducos. Narra de la importancia de la
religiosidad chocoana en el parto; de partos y parteras, de bebedizos, vahos,
pringues, lavatorios, purgantes, baños….
Los ancestros y el patrimonio cultural en el Chocó |
Del chumbe la ombligada, de la
importancia de las parteras en la comunidad. El libro es un aporte al
fortalecimiento de la tradición y las expresiones orales de la cultura
chocoana. Aún cuando de entrada en el libro se habla del Chocó habitado por el
pueblo negro y los pueblos indígenas Embera, Wounan, Katío, Tule y Chamí, en su
contenido no se refleja de forma categórica la cultura indígena como parte de
la identidad chocoana, aún queda mucho por hacer para saldar la deuda histórica con estos pueblos
ancestrales.
Otras publicaciones que se
presentaron fueron: “Luces en la Manigua” de Almicar Cuesta Torres, entrevista
con diez protagonistas de la historia reciente chocoana, y ”Mis noches
negras” de Nohelia Mosquera, un libro de cuentos y relatos para niños.
Este valioso esfuerzo del IIAP,
sus directivas, su equipo de investigadores, merece el reconocimiento y la
gratitud de un pueblo que necesita símbolos para la vida, argumentos sólidos
para conservar su identidad cultural y su entorno biogeográfico, y para
plantear nuevos derroteros para el bienestar de sus gentes, en contraposición a
políticas centralistas diseñadas para arrasar con territorios colectivos y
llenar de sedimentos el cauce de los ríos.
Eventos de esta naturaleza,
como el realizado a finales de Octubre cuyo lema fue “El Chocó dice sí a la seguridad alimentaria” reafirma que en este
contexto es imprescindible la biodiversidad como base para la seguridad
alimentaria, para la seguridad nutricional y alimenticia de los niños y niñas
del Chocó, para la soberanía sobre las semillas, para la autonomía de las
comunidades, dejan la puerta entreabierta para pensar que “los soñadores aún
tenemos oportunidad de construir en armonía, que aún hay espacios para disoñar,
que en nuestro compromiso social y estético aún podemos ofrecer el corazón”.
Colino: Área cultivada en
forma asociada con diferentes especies de alto valor de uso, para la
alimentación, la medicina y otros.
Hola, me gustaria saber si la imagen Embera (la primera de este articulo) se puede usar y si esta libre de derechos. Estoy creando un logo para una micro empresa de collares que estamos exportando a Paris comprados a los indigenas al precio normal y queremos a largo plazo crear o participar con asociaciones para hacer fondos de ayuda a esta comunidad en Risaralda.
ResponderEliminar