lunes, 22 de julio de 2024

VENTANA A LA POESÍA -3- SAMUEL JARAMILLO

 

DOBLE NOCHE

Doble noche” se titula el más reciente libro de poemas de Samuel Jaramillo González:

“El libro se abre con la doble presencia de la noche: la noche del día y la noche del desamparo; “noche dentro de la noche”, dice el poeta. En la noche del desamparo cunde la sensación del despojo y el golpe diario de saber que no existe el paraíso. Ni siquiera Dios habita en las sabanas de lloviznas y de heladas. Solo el cielo y las rocas, es decir, el aire, la tierra, el agua y el fuego confirman la existencia de este mundo. El ser humano es tan solo un inquilino. Habla entonces César Vallejo en estos versos. Dios es un pobre Dios, como es el hombre: miserable frente a las cordilleras y sus sabanas, las tormentas, la intensidad del sol y sus voces amenazantes. Hombres y mujeres callamos como invidentes. La impotencia, semejante a lo que fueron las sociedades primitivas, conduce al sueño que solo las ramas movidas por el viento neutralizan. Es que la vida es una herida que no se cierra, dicen estos versos. Y hay un lugar en que se condensan los imaginarios del poeta: Bogotá con los cuerpos que se funden en las noches de tinieblas. Este libro se cierra con una sentencia. “no hay ayer. No hay mañana”.

Fabio Jurado Valencia




HERIDA

No hemos nacido para sufrir, pero

¿cómo no agradecer el don

de reconocer que la vida es una herida?

 

La Sabana sangra y allí camino.

 

Me alumbra un ojo que todo lo ve,

y la blanquecina luz que siempre acusa,

baña lentamente el sendero

por el que transito.

 

Es la hora de sentir por todos.

Sal sobre ardor, carne sin piel:

vivir es arrancarse.

 

La vida es una herida.

Hay algodón manchado en los rincones.

 

Tiembla la córnea. Vacila el aire.

La vida es una herida.

No podría permitirme sanar de ella.

Sería inexcusable.

 

SUEÑO DE LAS CIUDADES

 

Las altivas ciudades del amor

se van apagando una a una.

 

Sus ríos oscuros, como siempre,

buscan sus rutas acostumbradas.

 

Una estrella extraviada

se refugia en tu pecho.

 

El tenue reflejo de tus senos lunares

es la linterna que iluminará

este firmamento vacío.

 

A mi bastón ciego

tendrán que florecerle ojos nocturnos.

 

Las ciudades del amor

se van despidiendo una a una.

no despertarán sino después de siglos.

 

El aire negro que se arremolina para envolverlas

no garantiza que tendrán un sueño tranquilo.

 

EPIGRAMA EN UN ESPEJO

 

En el espejo

empañado por mis suspiros

mi dedo inseguro

ha trazado las palabras:

 

“Te amo”

dice el espejo

por unos segundos más.

 

Y el poeta esgrime sus razones, tantas seguramente, como el gran Cátulo Castillo cuando escribió la letra del tango “La última Curda”: Ya sé... no me digas... Tenés razón/la vida es una herida absurda,/y es todo, todo tan fugaz,/que es una curda /- nada más!-/mi confesión!...





viernes, 5 de julio de 2024

¿OH, QUÉ SERÁ?… LOS OCHENTA AÑOS DE VIDA DEL GRAN CHICO BUARQUE


Palabra prima

Uma palabra so, a crua palabra

Que quer dizer

Tudo

Anterior ao entendimiento, palabra.


Hay escritores que tienen la magia de la fascinación desde que nos adentramos en sus primeras líneas, hay voces que seducen cuando revelan sus canciones, sus palabras. Esas genialidades que nuestra sensibilidad adopta, son las elegidas para acompañarnos en el trasegar por la vida. Desde las épocas de inquieta juventud, han asistido con nosotros a este convulsionado cambio de siglo; junto a ellos labramos la banda sonora de este recorrido existencial y, tal vez, en el íntimo recogimiento e introspección, sus acordes nos han invitado a decidir la senda de caminos inusitados, nos sacuden de incómodos letargos o, a lo mejor, son paliativo para estrellas no alcanzadas y sueños inconclusos.

Ellos (y/o ellas), con sus atributos inteligentes, coherentes, comprometidos, con la generosa entrega de su obra, contribuyeron a moldear nuestra personalidad, abrieron oquedades en los imaginarios, nutrieron de contenidos las conversaciones y noctámbulas tertulias, animaron las horas de ocio, incidieron en nuestros sentires, y dejaron tatuajes en recuerdos y añoralgias.

En la cúspide de nuestras preferencias musicales hemos ido depurando una selección. En este caso no podríamos hablar de ídolos, más bien les podemos otorgar la categoría de maestros, de referentes artísticos, de escultores de notas que, aún hoy, quedan adheridas a nuestras fibras más sensibles.

Reconociéndole ese lugar de privilegio, estas líneas emergen del reconocimiento y admiración hacia Chico Buarque de Holanda, tal vez uno de los más grandes músicos, poetas e intelectuales del Brasil. Chico encarna algo así como la sumatoria del movimiento del Bossa Nova -de Vinicius de Moraes, María Kreuza, Tom Jobim, Joao Gilberto y Gal Costa, de Toquinho, Gilberto Gil y Milton Nascimiento, para solo citar algunos-, y la esencia de las músicas de su Brasil natal; la samba, el forró, la música popular, los sonidos de los músicos ambulantes y las cadencias de las tropicales pieles morenas de las playas y los carnavales.

Sus temas, que suelen transitar por estados de profunda melancolía y sentimientos eufóricos, como en la plenitud de la comparsa de una exuberante escuela de samba, se articulan en las confluencias del surrealismo de las vidas cotidianas que, con delicadeza y picardía, Chico explora con cabeza y corazón. Así, ese alquimista de la palabra “del poeta delirante, del profeta embriagado, de las fantasías de los infelices”, insiste que la belleza no será derrotada y que “los fantasmas seguirán suspirando por las alcobas”. Sostienen quienes se han adentrado en su obra que, uno de sus grandes atributos es “Contar el mundo con audacia, con una forma contundente de escribir, adelantado en el tiempo y con un ingenio e inteligencia visto en muy pocos autores de música popular en el mundo”. Las letras de sus canciones, que nos sorprenden con analogías crípticas y juegos de palabras, describen escenarios comunes, íntimos, se adentran en la esencia de los trovadores, agudizan su observación como el cronista que escudriña los inframundos trasgresores del malandro, se adentran en asuntos políticos para denunciar las injusticias, las duras relaciones entre el capital y los trabajadores, las catástrofes ambientales, y también se explayan en la exquisita y sensual voz de los amantes.

En Chico Buarque se reúne el dramaturgo de Vida y Muerte Severina, el cineasta de Bye Brazil y de Doña Flor y sus dos maridos, el escritor de las novelas Budapest, y El Hermano Alemán, junto al complejo músico, la voz que nos enseñó, al decir de Daniel Viglietti, a hablar en Latinoamericano, pues Chico es uno de los artífices de la comunicación entre las generaciones inquietas por el devenir de los pueblos. Así alimenta esa espiral de múltiples formas culturales que moldean concepciones y aportan a la construcción de constelaciones espaciales y éticas para mejores momentos históricos, para “zonas de despeje” más lúdicas, más fraternas, más humanas.

La primera vez que supe de su existencia fue a raíz de su canción “Construcción”, elaborada con letra muy singular, pues la última palabra de cada verso tiene una acentuación esdrújula. “Construcción” es uno de esos temas dolorosos, incómodos, que hablan de la degradación de las personas obreras en su relación entre el capital y el trabajo, una forma de sincretismo para denunciar los tiempos aciagos de las feroces dictaduras no solo en su país, sino en el continente; no hay que olvidar que junto a Toquinho fue obligado a vivir en el exilio. Su esencia de compromiso social, determina esa voz contestataria en “Cálice”, censurada tiempo después, cuando fue “entendida” por los sables del poder imperante.

Chico Buarque, el poeta admirado por el gran Willie Colón,  quien elaboró las estupendas versiones de Oh, qué será”, “La Noche de los Enmascarados”, “Miel”, “Amor barato”,  es exaltado en el sentir de Silvio Rodríguez, quien le dedica unos versos en su tema “Quién fuera”: “Estoy buscando melodías/Para tener como llamarte/Quién fuera ruiseñor/Quién fuera Lennon y Mc Cartney/Sindo Garay, Violeta, Chico Buarque/Quién fuera tu trovador….”, es ungido en su panteón  por Fito Páez y las nuevas generaciones de músicos y cantores que han versionado sus canciones en sones de tango, de fado, de jazz o de bolero, es el malabarista que con sus acordes reflexivos nos sugiere imágenes secuenciales, evocadoras y al mismo tiempo premonitorias.

La calidez y la sensualidad del idioma portugués ofrecen el cáliz para beberse sus músicas. Escucharlo es abrir la puerta a los deseos de encontrar y desentrañar esa saudade. Afortunadamente Daniel Viglietti y otros cantautores han hecho buenas versiones en español de sus más reconocidas canciones. Chico es un músico complejo, sinuoso, que obliga a pensar, que desdeña la banalidad y obliga a ir más allá del estribillo, que remueve prejuicios, su gran mérito es la virtud hacernos ver más allá de lo que se puede ver a simpe vista, que nos señala la necesidad de “desorganizar narrativas hegemónicas”.

Hacer este tributo en sus ochenta años a Chico Buarque es sentir profunda admiración por su exquisita y significativa obra, es un reconocimiento a su compromiso y reflexión crítica. Algunas de sus composiciones para “zarpar” hacia el conocimiento y disfrute de esa travesía sonora y vivencial pueden ser: Pedro Pedreiro, A Banda, ¿Oh qué será? A flor de terra, Construcción, Cálice, A pesar de voce, Bye Brazil, Cotidiano, Eu te amo, Uma palabra, Bastidores, Soneto, Fado Tropical, Geni y el Zeppelin…. Después cada uno de ustedes hará su selección. Ojalá Chico Buarque continúe entonando la “Samba do grande amor”, porque como lo expresó Fito Páez: “Chico Buarque tiene puestos los anteojos que dejé sobre un cuaderno con su rostro iluminando el cuarto, entrando en la mañana, carabelas de la nada, carabelas nada.” 



martes, 2 de julio de 2024

VENTANA A LA POESÍA 2 - ORIETTA LOZANO

Orietta Lozano es una de las mejores voces de la poesía colombiana actual, va navegando entre el silencio del olvido y el péndulo implacable del tiempo, dibuja sus íntimos paisajes en oníricos espejos y, al leerla, se siente un temblor que sacude la piel y nos recuerda la absurda necesidad de esquivar los senderos de la desolación y asistir a nuestro propio sacrificio "como dioses frágiles entre los brazos de la tierra". El Brocal del Pozo, su reciente novela, nos sumerge en la fantasía del delirio, cuando la locura es un estado superior de lucidez. 

Estos 5 poemas son ventanas para adentrarse en su obra. 



DESTRUIR EL TIEMPO

"Ay las mujeres que murieron
fingiendo amistad."
Erika Jong

Quién me impide
caer, embriagarme, consumirme.
Nadie detiene el tiempo
y sola puedo andar
por el salvaje azul mundano.
Destruir mi tiempo o salvarlo,
agotarlo en una intensa noche de delirio,
amar al amante de mi amiga y confesarlo.
Estoy deliciosamente borracha, alucinada.
Mi mundo es el torbellino de la danza
y de las sombras.
Nadie reposa mi angustia, yo sola la sostengo
como un hermoso cometa de alquitrán.
Viajero nocturno, intérnate en mi sombra,
dancemos poseídos por la música
condenados por la magia negra.
Después vendrá el grito cegador de la invisible
a ocultarnos sin disfraces
en la oscura y clandestina fiesta
y sobrará el silencio.



LA  AMANTE

Soy la amante
que estrenas
la nueva, la eterna
la de columnas seguras
que se abren perfectamente
para dar paso
a tu mar ancho y espeso.
Soy la de paralelas montañas
por donde han caminado
pájaros heridos de amor.
Soy la amante nocturna
la de noctámbulos besos
(mis ojos túneles profundos
donde se pierde tu soledad)
Soy la de siempre, la eterna
la que te arranca el hastío
de cada costado
la que se tiende plácidamente
la que se para
la que te sorprende
la que se quita las vestiduras 
y se lava en tu río claro.
Soy la que te crucifica
con mis ojos, con mi lengua
la que se pierde
en tu mirada lela
la que infatigable recorre tu cuerpo
la que vibra con devoción
en tu silencioso  mundo.
Soy ella, la eterna,
la antigua, la nueva,
la de siempre
la que se cierra
la que se abre
la de ambivalentes tardes.
Soy la que renace
la que se abre
la que se cierra.




PERDIÉNDOME EN TU CUERPO
(Para él, que tanto la recuerda).

Mi boca de poca risa
parte alegre hacia tu boca
y como siempre voy hacia tu cuerpo 
estoy sin voz
a la hora de los besos.
Me detengo un minuto
en el silencio
para componer un canto a tus caricias
y voy perdiéndome en tu cuerpo.
La noche me envuelve lentamente
y las llaves de la casa
me recuerdan el regreso.


SILENCIO EN LOS JARDINES FANTASMALES DE MI CASA

"... cuando duermes sobre el regazo
de una tierna compañera."
Safo de Lesbos.

Amiga, me parece que hoy estás brillante,
deliciosamente furtiva y misteriosa,
casi pareces pintada como una diosa negra.
Tú viertes la leche en la vasija
y me hablas bajo, susurrándole al silencio,
de Cavafis, de Justine me hablas,
de tu nuevo libro abandonado en una imprenta
y de esa clandestina temporada en el infierno
entre vino seco y yerba fresca.
En tus manos reposa la copa de marfil que te recuerda
aquel amante que tocaba el piano cada noche.
La elocuencia de tu voz me ha intimidado
y tu presencia me exilia de mi propia casa.
Mujer más hermosa que muchacha en flor,
¿has conocido hoy la intimidad de mi silencio?


 PAISAJE

Abajo, la tarde se va ciñendo
a los contornos de los patios, 
flores que estallan como astros,
pájaros flotantes, viajeros fascinantes
que despeñan miradas huidizas,
y la luz de las lámparas va saliendo
del oscuro rincón de las tinieblas.
Nadie canta, solo el choque del agua y de la piedra.
Un cometa se retuerce, gira y cae
en plena vena púrpura del árbol.



Fotografías de la serie Ventanas.. MEC.

viernes, 21 de junio de 2024

LA PAZ TOTAL ¿ES POSIBLE ALCANZARLA?

La PAZ TOTAL y sus pírricos resultados….

Aun así, ¿es posible alcanzarla?

 

“En los excesos de los suplicios se manifiesta toda una economía del poder”

Michel Foucault

 

El logro de un Estado de Paz no avanza como lo pretende el Gobierno del Cambio, sencillamente porque no es un propósito colectivo, porque aún no se han hecho los suficientes, y urgentes, esfuerzos por crear una pedagogía para sensibilizar y propiciar su evolución; en este escenario, es preciso elaborar un “glosario” de símbolos y actitudes para desarmar; ellas tienen que nutrir los diálogos… y los mensajes emitidos desde la institucionalidad (que deberían vincular activamente a medios comunicativos de las comunidades y de los sectores que trabajan por la Paz)  deben reflejar hechos que den cuenta, que las tan esperadas transformaciones en los territorios de comunidades enteras arruinadas por el conflicto y por la ausencia de Estado y gobernanza, son posibles y se están cristalizando.



En esa perspectiva, la Paz no se materializa porque aún somos incapaces de avizorar paisajes de concordia, tanto en lo privado como en la esfera de lo público; no se materializa porque no tenemos la capacidad de imaginar futuros. En el entramado de la abundancia de dioses contemporáneos que hemos creado, la violencia adquiere una categoría ceremonial en donde pululan el miedo, el rencor, las venganzas que impiden el surgimiento de imaginarios posibles o proyectos colectivos de nación. Para avanzar en estos propósitos necesitamos de la presencia de un Estado (un andamiaje institucional) que garantice conversar, que permita escuchar la voz de los disidentes, e interactuar sin mencionar las palabras victoria o rendición.

La esencia del actual gobierno, como dice su lema institucional: Colombia, Potencia Mundial de la Vida, es hacer una política para la vida, en todas sus expresiones, es la permanencia de lo esencial, y la Paz es uno de los atributos fundamentales para darle valor a la vida. Las instancias encargadas de gestionar y buscar la Paz tienen la responsabilidad y el compromiso de reconocer los diversos conflictos armados que existen en el país, y establecer las pautas requeridas en cada caso para gestionarlos, sin trampas, sin fragmentaciones; a estas alturas, tanto los adversarios como la sociedad, de alguna manera coexisten en un “collage” en donde reclaman respeto, reconocimiento y opciones dignificantes para des escalar los conflictos.

No se puede desconocer el poder que ejercen el ELN, las FARC y sus disidencias (Estado mayor Central – Segunda Marquetalia) los llamados GAOs (grupos Armados Organizados) las AUC….  en los territorios y su influencia sobre sus pobladores. Las confrontaciones entre ellos por el control y la supremacía provocan una serie de conflictos “irregulares” y la balcanización de violencias propiciadas, además por las dinámicas de las economías ilegalizadas. Cada proceso de Paz exige alternativas novedosas, acordes con las épocas y el conocimiento de las dinámicas y economías regionales. No hay fórmulas exitosas, lo que funcionó hace treinta años correspondió a contextos sociales y políticos de ese entonces; ningún grupo o fracción de la insurgencia está dispuesto a someterse, cada uno de ellos surgió por unas causas y en unos contextos específicos; así gran parte de la sociedad no lo vea así, han recorrido un camino. Este es el país real. Ni negar, ni desconocer los asuntos estructurales, ni dividir, es sano ni eficaz para la Paz.

 


Mientras persistan los actuales niveles actuales impunidad y corrupción se complejizan aún más las posibilidades para generar entornos de Paz, pues quienes se benefician de los negocios y dádivas de las fragmentaciones que producen el desgobierno y la debilidad de la justicia, son quienes promueven y estimulan la exacerbación de los conflictos. Solo así continuarán manipulando el poder y engrosando sus arcas, pues la guerra y el suplicio resonante son evidentes ejercicios de irregular soberanía.

El reclamo de nueve millones de víctimas de un intrincado conflicto, aún con la aplicación de la Ley de Víctimas, no alcanza a quebrar la indolencia de una sociedad, a quien, como a la historia oficial, no le importan los hechos cotidianos de violencia, porque estos no son trascendentales, ni dignos de narrar. Es como si se quisiera engañar al olvido, como si bajo el influjo insospechado de versiones elaboradas por las maquinarias del poder se invisibilizaran las voces del dolor.

No bastan los clamores de la Sociedad Civil si ellos no alcanzan a permear los nichos de protección en donde se parapetan la indiferencia y la comodidad de amplios sectores de pobladores aferrados al bienestar individual y a la noción de éxito pregonada por medios masivos e influencers. Somos culturalmente heterogéneos, con múltiples concepciones sobre el bien común, la identidad, la igualdad o la equidad, por ejemplo… La pregunta es: ¿de esa yuxtaposición de ideas y de la amalgama de pluralidades es posible elaborar un concepto de Paz que seduzca a la mayoría de la población colombiana? ¿Una noción que, necesariamente vaya más allá de los tan esperados ceses de fuego y hostilidades por parte de los diversos grupos armados, y que nos permita avanzar en la comprensión de poder resolver (o manejar) los conflictos sin necesidad de emplear la violencia?

La Paz y las diversas interpretaciones de los “sentimientos de amor y solidaridad” pueden ser una aleación demencial si desde cada orilla jalan para su lado o conveniencia; su incomprensión íntima, integral y ética destruyen cualquier propósito de armonía y de respeto hacia las demás personas. Eso lo saben muy bien, y nos lo enseñan culturas tan ancestrales y sabias como los Koguis…. La palabra en su dimensión más acendrada, debería ser ese espejo que refleje coherencia entre la realidad y el deseo, y esto, precisamente es lo que no se vislumbra en los acercamientos y conversaciones entre los interlocutores y fracciones beligerantes del conflicto que vivimos. Si la desconfianza es recíproca, la extrañeza y el fracaso son inevitables, y la esperanza se diluye en un tinglado de protagonismos perversos o ingenuos.

Sin embargo, hay lecciones que no se quieren aprender, que, con insistencia, los enemigos de los procesos de paz se empeñan en desconocer, ahí están, entre otros, los procesos que avanzan en la Justicia Especial para la Paz, los hallazgos de la Comisión de la Verdad, las iniciativas para implementar las Justicias Restaurativas, los ingentes esfuerzos de pueblos que claman por hacer aportes propios en la búsqueda de su supervivencia y permanencia tranquila en sus territorios.  El libreto conceptualizado y fundamentado inicialmente por la Oficina del Alto Comisionado para la Paz, en donde se privilegia la participación de las comunidades, el respeto a lo pactado y, ante todo, la perspectiva de desentrañar y eliminar los motivos estructurales de quienes han optado por recurrir a las armas como alternativa de subsistencia y reconocimiento, es un aporte sustancial en la retícula de este diseño. Mientras los niños jueguen a la guerra, la vida no tendrá el sentido ni la trascendencia necesaria para la consolidación de la tan mentada Paz Estable y Duradera.



Los aportes que se hacen desde sectores intelectuales hacia un pensamiento social y crítico, con frecuencia se enredan, o son interpretados como refinadas confabulaciones para exacerbar los apasionamientos y la polarización. En otros casos, son poco entendibles o accesibles para amplios sectores de la población. Es allí, precisamente en donde la cultura tiene que entrar a jugar un papel vital en la construcción de nuevos imaginarios, en la consolidación de una “Estética para la paz y la reconciliación”, de unos lenguajes incluyentes que hagan parte del diario vivir, de la canasta familiar. Esas “empatías estéticas” seguramente no saldrán de la inteligencia artificial, son la apuesta colectiva que tendrían que emprender los soñadores y los artistas en procesos locales y territoriales de inclusión y difusión... en la escuela, en la calle, en los medios.  La Paz que queremos no es la impuesta por los vencedores, no es la que se obliga, es la que, en un estado democrático, deciden hacer a voluntad y por convicción sus ciudadanos, provocar ese despertar ciudadano, en una manifestación para que el mandato de la paz sea real. En nuestro caso, este propósito demanda una verdadera revolución cultural, ¿Difícil? Sí, pero, como decía Eduardo Galeano: La Utopía está en el horizonte… nos sirve para caminar…. 

VENTANA A LA POESÍA -1- MARIO RIVERO

 VENTANA A LA POESÍA - 1- 



Un hermoso poema de Mario Rivero

Verde era el valle donde nos conocimos, 

y unimos las manos, amantes enamorados.

Allí nos regocijamos, yo el indómito esposo,

y la muchacha embriagada.

Sorbimos la vida de gusto azucarado.


Húmedo de sombras el bosque

en donde perdimos el camino,

aunque todavía aún volvimos a encontrarnos,

a salir al paso señalado,

y a emprender el ilusionado regreso.


Aquí y allá emergen dulces las islas,

en donde me dijiste: "quedémonos".

Debo decir que fue un lindo trayecto,

pero yo tengo que dejarme arrastrar todavía

a aguas desconocidas,

y tú regresar a salvo, a tierra firme.