Cuentan los que saben de historias que la fiesta se inició por allá en 1648, cuando los misioneros franciscanos llegaron al Pacífico a “convertir indios idólatras” y buscar las rutas del oro, entonces organizaron una procesión de canoas por el Río Atrato encabezada por la imagen del santo.
Ahora la fiesta es todo un carnaval, ya se iniciaron las alboraditas, que son encuentros en los barrios que anuncian la llegada de San Pacho; los vecinos se reúnen, comparten comida y aguardiente, y al son de la chirimía cocoana, (que es un conjunto con clarinete, platillos, tambor alegre o redoblante (requinta), tambora, bombardino y saxofón) recorren las calles de su barrio. Esto sucederá en muchos barrios, así no figuren en la exclusiva lista de barrios franciscanos, esos 12 del centro de Quibdó, que son los elegidos para formar el gran revulú.El 3 de Septiembre viene la gran alborada que anuncia que ya llega la fiesta, y el 20 se abren las fiestas con la tradicional misa, llamada arco, con entrega de banderas y la procesión de San Pacho. Y para rematar viene el concierto tradicional, es el gran baile, de apertura, cuando las gentes se disponen a entregar su vitalidad a la rumba, este concierto tiene algo mágico y es que el escenario es el sitio donde finaliza el grandioso desfile de comparsas o de banderas con que se inaugura la fiesta patronal.
Los mejores testimonios sobre eses corralitos de vivencias los tenemos en la música del Caribe, en la salsa de barrio, en los solares y los patios que inspiraron a Rubén Blades o a Tite Curet, en la hermosa canción de Serrat “Fiesta”, que es aplicable a cualquier fiesta que con el pretexto religioso de “Gloria a Dios en las alturas,/ recogieron las basuras de mi calle ayer oscura/ y hoy sembrada de bombillas”, nos permite explayarnos en compartir con todos, en el disfrute y el placer, en lugares donde se hacen flexibles los usuales códigos de comportamiento. Las gentes de las barriadas de Quibdó deben tener algo en común con las favelas de Río, con los barrios de La habana, inclusive con esos barrios porteños que inspiraron letras tan hermosas como “Melodía de arrabal”. Ahí también están vigentes las letras de Choc Quib Town y de otros grupos de champeta, para entender que el barrio vive!
Quienes han partido de sus barrios y la vida les sonríe, ya por haber estudiado o haciéndole trampas a la vida, quienes han dejado sus tierras por muchas razones, añoran regresar a su tierra, a su barrio, y ojalá en época de fiestas y poder abrazar a sus viejos amigos. La alegría del reencuentro, de compartir el sancocho de las siete carnes, de sentirse recordados, de volver, es otra forma de sensualidad, es el disfrute del espíritu, es otra forma de orgasmo más íntimo, más sincero.

Las fiestas de San Pacho se inician el 20 de septiembre y duran algo así como 15 días. Cada día un barrio es el encargado de organizar la fiesta, con alborada, bunde, chirimía, sancocho, licores, bailes, comparsas… ya los quibdoseños saben el orden de los barrios y, por supuesto, el día que les corresponde. En tiempo de fiestas disminuye el ritmo de trabajo de todas las entidades, no es conveniente programar actividades, el ánimo está en lo que pueda deparar cada nuevo día, con sus alboradas y su 