lunes, 6 de diciembre de 2010

CHOCÓ, CON EL AGUA AL CUELLO!!!!!

En el Chocó es usual que llueva casi todos los días. Sus gentes se han acostumbrado a continuar con sus labores cotidianas llueva o truene, así ha sido desde siempre, en sus selvas y en sus caudalosos ríos, gracias a ser una de las regiones más lluviosas del mundo; también su suelo se ha bañado con la sangre de muchas víctimas inocentes; es una región que se ha ido acostumbrando a convivir cada vez más con la tragedia y con los desastres.

Para esta época del año, en que se ha venido toda el agua del cielo encima, estamos pasando uno de los momentos más críticos que se puedan vivir a lo largo y ancho de todo el país. Vemos cómo los ríos se desbordan e inundan terrenos que van muchísimos kilómetros más allá de sus riberas; las noticias nos muestran unas cordilleras derritiéndose, vías colapsadas, casas sepultadas, poblaciones sumergidas, cultivos perdidos, éxodos y damnificados.

Quibdó no se destaca propiamente por su ordenamiento urbano, su precario manejo de las basuras contribuye al taponamiento de la débil red de alcantarillados, y sus calles principales, como la Alameda, presentan tal deterioro, que es un riesgo transitarlas, cráteres, congestiones de tránsito y una sensación de abandono completan su húmedo paisaje.

Gracias a las “diligentes” administraciones municipales, no hay cómo atender una emergencia, el cuerpo de bomberos ni siquiera tiene un carro en buen estado, ya sea para apagar incendios o para afrontar inundaciones. No existen programas de prevención, ni observatorios metereológicos, estudioss climáticos, monitoreos de nivel de los ríos, ni un efectivo dragado de sus cauces. Así es prácticamente imposible evitar tragedias, si a esto se le suma que la gran parte de la población habita en viviendas de madera y en suelos inestables o anegadizos, se puede decir que antes no ha sucedido mayor cosa.

Y sin embargo ya van más de 100.000 damnificados, los ríos arrasan corregimientos, veredas y lo que van encontrando a su paso; no hay plata para atender semejante contingencia, la gobernabilidad también hace agua y los municipios están quebrados; los pocos recursos que llegan se embolatan y van a parar a las arcas de los administradores públicos, la ineptitud de las administraciones municipales llega a tal punto que ni siquiera han sido capaces de actualizar el Sisben y, por supuesto, quienes se ven más afectados son los pobres históricos, que son casi todos los habitantes de este departamento. ¿Qué se puede pedir? ¿Luego en la capital no se presentan escándalos de corrupción y entrega de contratos a dedo?

Cada vez más estragos azotan esta tierra que ahora es lodo. ¿Cómo solidarizarnos o qué hacer en estos momentos? Hace poco se expidió una ley que otorga subsidios para vivienda a las víctimas de estos desastres naturales, ¿pero si aún no se han hecho realidad los subsidios para la población desplazada víctima de la violencia que se adjudicaron hace más de ocho años, será posible que desde el Estado se dé una respuesta efectiva y oportuna?

Tenemos que ser conscientes, que aparte del fenómeno de “la niña”, estas son las consecuencias de nuestro pésimo manejo de las cuencas de los ríos, de los obtusos procesos de planeación, de la sobreexplotación de los recursos mineros y de nuestra displicencia con las víctimas. Es cierto que desastres de esta naturaleza también se padecen en muchas regiones del mundo, pero nuestro mayor problema es que nunca estamos preparados, es la indiferencia de quienes sobreaguamos o estamos encima de una chalupa; lo que el agua arrastra es también la esperanza de un mejor futuro, se nos lleva la comida… y también la vida. Ojalá todos nos volcáramos en una avalancha de solidaridad, sería posible tener el propósito común -desde el Estado y desde cada uno de nosotros- para que una parte de lo que gastemos en los festejos navideños lo dediquemos a hacer menos penosa la situación de las víctimas?, este sería un claro ejemplo de austeridad y compromiso real con quienes en estos momentos de verdad lo necesitan.

Sus comentarios los pueden enviar a megaspar@hotmail.com

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