jueves, 29 de abril de 2010

LO QUE VA DEL AMARILLO AL VERDE!!!!

Alguna vez, siendo un niño escuché a alguien contando que había estado “jodiendo con política”. Esa persona era un vecino vivaracho, oportunista y con fama de pícaro. Entonces empecé a asociar a quienes “joden con política”, y principalmente a quienes lideran o trabajan con movimientos o partidos tradicionales, que lo hacen para buscar beneficios personales y como una forma de ganar poder, prebendas e influencias, es decir “tener palancas”.

Traté de entender en mi primera juventud la disciplinada posición liberal de mi padre, quien portaba orgullosamente el carné de miembro oficial del partido. Entendí que mis amigos deberían, y deben ser, sin que sus ideas políticas sean un impedimento; al fin y al cabo comprendí que esos dos colores no llevarían al país a ninguna parte, más aún, después de ver en las campañas a un poco de “ruanetas” llevados casi a la fuerza en buses contratados, a las manifestaciones, para gritar vivas a unas plastas de oradores demagogos y ridículamente perversos. Eran partidos de chacales, de dinosaurios, de gamonales y de jóvenes que nunca fueron jóvenes, -como Uribito, para quien su juventud seguramente fue un estorbo, siempre vestidito de paño, bien peinadito y con pañuelo en el bolsillo- y lo siguen siendo…. Me producen profunda desconfianza, sobre todo cuando, cada cuatro años intentan reencaucharse y prometen lo que, por principio, no tienen intención de cumplir.

Creí que si ser capitalista es acumular, es discriminar y excluir, no le juego a eso… de ahí que siempre admiré y he acogido ideas de izquierda, que en esencia no es más que los miembros de una colectividad, principalmente los pobres, se sientan privilegiados; privilegiados en la atención de sus necesidades básicas por parte del Estado, en salud, en educación, en vivienda, en elevar sus niveles de percepción del gusto de vivir, de la cultura, del arte, del placer, a sentirse reconocidos e importantes en una sociedad. Si algo le agradezco a mis lecturas izquierdistas de ese entonces es el amor a la utopía, perder el temor a dar un salto hacia el vacío, y a obligarme a tomar decisiones pensando en el bienestar colectivo, inclusive aún por encima de mis conveniencias personales.

Siento compasión por los jóvenes que son liberales o conservadores, que no entienden que ellos son las primeras víctimas de un estado guerrero y con equivocadas políticas sociales y asistencialistas, que les impiden mirar con optimismo un futuro, al cual puedan acceder sin necesidad de ser victimarios o beneficiarios de migajas como víctimas.

Desde que hay presidentes todos han sido rojos o azules, exceptuando el dictadorcillo ese de los 50’s, se viven inventando figuras como el Frente nacional y la reelección, para conservar sus privilegios. Y qué!!... según PNUD somos el país más pobre de Suramérica, con la mayor exclusión y la más grande brecha entre ricos y pobres; el resultado salta a la vista, un país descompuesto socialmente, que despilfarra sus recursos naturales y su biodiversidad, agarrado con los vecinos y cundido de grupos armados de todo pelambre.

Eso lo sabemos todos, y sin embargo hay quienes torpemente insisten en elegir políticos corruptos. Será que creemos que tener derechos es elegir quien nos meta la mano al bolsillo? Cada vez estoy más seguro que nó; ya lo había presagiado la altísima votación de Carlos Gaviria en la pasada contienda; el inconformismo viene en ascenso, es una oleada que ya ha sucedido en otros países latinoamericanos, ahora se ha exacerbado con Mockus porque para los tradicionales no se le identifica con la izquierda, porque los más escépticos no lo asimilan como un político tradicional, porque no es opulento ni está en las páginas del jet set, porque no promete lo que no puede cumplir, porque no fomenta el rencor, porque se le asocia con el saber, con la cultura, algo que reclama a gritos un país de jóvenes y de niños.

Mockus va en ascenso, es algo imparable, y va a ganar, le tocó en suerte recoger la ansiedad y el inconformismo de los jóvenes, principalmente, de quienes se arriesgan a buscar mejores caminos, de quienes creen que un humanista, que nunca le ha apostado a la guerra, tenga la capacidad de reinventar el país. El Polo ha cometido un error histórico, no supo conservar ni incrementar el caudal de inconformidad que tuvo, lo afectaron sus divisiones internas, el desteñido papel del alcalde de la capital, su pésima estrategia de comunicaciones para hacer sus propuestas atractivas y posibles, además del desatino de Carlos Gaviria, al no acompañar activamente a Petro en la campaña, -él ha debido ser su jefe de debate- pero ay, la soberbia, la soberbia… Petro no se ha rodeado de los mejores, su apoyo a la elección del procurador y su inasistencia al debate de la moción de censura contra el ministro de agricultura, entre otras, dejaron un sinsabor entre sus partidarios. A pesar de verse muy lúcido y coherente en los debates la gente no cree que desde el Polo lo que plantea sea posible; es una lástima que esto haya sucedido.

Ahora ya no valdrán, coaliciones, adhesiones de caciques, fracciones de partidos, o políticos otoñales, para apuntalar la candidatura de Santos. El fenómeno Mockus es sorprendente, en él tienen mucho que ver la nuevas forma de difusión y comunicación, ha propiciado el deslizamiento de los electores hacia su candidatura, e importarles un bledo los partidos políticos, sin que los partidos políticos se muevan!!! Es el voto de opinión, es la maquinaria de los sueños aceitada por un hombre que no es caudillo, que no habla claro, que no pinta pajaritos en el aire, que reconoce que se equivoca, que no ha sido acusado de malos manejos, de enriquecerse a costa de otros, o de violaciones a los derechos humanos. Lo más grave para sus enemigos es que por donde lo ataquen salen perdiendo. Lo más grave para el país sería dejarlo solo después de haberlo elegido.

Sus comentarios los pueden enviar a megaspar@hotmail.com

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