miércoles, 18 de abril de 2012

EL MALPENSANTE - Gesualdo Bufalino

Gesualdo Bufalino fue uno  de los principales novelistas del siglo pasado; el autor de la “Perorata del apestado” nació en la isla de Sicilia, Italia. Su obra “El Malpensante”  fue hecha a la manera del diario de un insomne, allí dejó pensamientos, sentencias, refranes, adagios y aforismos acerca de la vida, del amor, de las mujeres, de la muerte, de la literatura… Tan solo por motivar su lectura van algunos de ellos:

Contrastes en Quibdó
·         “Me asusta poseer a quien amo, me asusta amar a quien poseo” Así dijo Adán, separando eros y amor. Pero Eva no estaba satisfecha.
·         A veces amar es solo vanidad de amar. Nadie se resigna a la idea de que les suceda a los demás y a él nó.
·         La mitad de mí no soporta a la otra y busca aliados.
·         Entre todas las deformaciones repugnantes de la guerra, la que más me repugna es la de subvertir una sagrada ley de la naturaleza: la que ordena a los hijos llorar a los padres y no los padres llorar a los hijos (¿Heródoto? ¿Tucídides?)
·         Dejar algo de sí –la huella de un fósil, el eco de una ola en los meandros de un caracol…
·         Hay dos clases de estúpidos: los que creen en todo y los que no creen en nada. Por desgracia yo pertenezco a las dos.
·         Entre imbéciles que quieren cambiarlo todo y bellacos que no quieren cambiar nada, cómo es de difícil escoger!
·         Pareja de amantes. Andaban, bibliotecarios ciegos, acariciándose el lomo, la cubierta. No se leyeron jamás.
·         Con pasos de gato la juventud se va.
·         Loado sea Don  Quijote! Que supo con tanta anticipación reconocer a un furibundo gigante bajo la máscara de un inocente molino.
·         Una putica flaca en Nápoles, después de la guerra: “Se nota que eres un señor, los vulgares escogen las gordas.”
·         Amaba quitarse la corona de laureles delante del espejo y probarse una de espinas.
·         El pacifismo es tuerto pero el belicismo es ciego.
·         Antes amaba los sentimientos excesivos; ahora no los soporto.
·         Un pene enamorado es a menudo balbuciente.
·         No solo Baudelaire amaba los gatos. Leo en Tasso (A las gatas del Hospital de Santa Ana): “Oh gatas, /candiles de mi cuarto / Oh gatas amadas, / iluminadme para escribir estos versos.”
·         Sin notas a pie de página, algunas mujeres no se comprenden.
·         Si queréis saber más de vosotros, escuchad detrás de las puertas.
·         Cada uno sueña los sueños que se merece.
·         Inspirar un gran amor no puede ser sino motivo de asombro para quien se conozca lo suficiente. Así como fuente de muchos remordimientos por haber representado con excesivo celo el papel de un ídolo inexistente.
·         Dios es mejor de lo que parece, la Creación no le hace justicia.
·         El hombre debería, en el curso de un año, amar al  menos a cuatro mujeres distintas: cada una que parezca una estación diferente.
·         La magnificencia, dulzura, crueldad y luz de todo aquello que en los siglos se ha escrito, compuesto o pintado, y de la cual soy señor y domino en libros, imágenes, discos, me colma de repente el corazón.
·         Qué desgarrador es sufrir los sufrimientos de otro.
·         Nunca sabré decidirme, observando a la humanidad, si considerarla, como decía Melville, “una confusión de duplicados” o un caleidoscopio siempre nuevo de prodigios inconfrontables.


Pueden enviar sus comentarios a megaspar@hotmail.com

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