martes, 29 de junio de 2010

Esto pasa en el Chocó.....

Esta es la situación política del departamento. Lo dice CHOCÓ 7 DÍAS el periódico con mayor circulación en Quibdó en su editorial del 25 de Junio; y sin embargo la gente sigue haciendo política con los mismos, votando por los mismos y eligiendo a los mismos. Si no se trabaja para construir una verdadera conciencia política y ciudadana esto seguirá pasando y los chocoanos irán perdiendo un valioso terreno en cuanto a su gobernabilidad y la toma de decisiones para construir un mejor futuro. Hasta cuando seguirá pasando esto? "Así no es".....

Dirigencia en el fango


Se conoció esta semana la sentencia de la sala penal de la Corte Suprema de Justicia condenando al ex gobernador del Chocó, William Hálaby, a cinco años de prisión, al encontrarlo culpable del delito de contrato sin cumplimiento de los requisitos legales, en relación con la firma de un convenio para la construcción del acueducto de Yuto.

Dice la Corte en la sentencia que el ex gobernador Hálaby Córdoba “demostró un irrespeto por los intereses de su departamento” y “devela una personalidad indolente, insensible y desinteresada en el correcto ejercicio de la función pública y el bienestar general, mucho más sabiendo que el departamento que representaba, es uno de los más desprotegidos y pobres de Colombia”.

Se produce este fallo judicial tres meses después de haberse proferido la sentencia condenatoria por peculado culposo contra el gobernador Patrocinio Sánchez, al comprobarse que cuando se desempeñó como alcalde de Quibdó permitió doble pago de recursos de salud.

En esa ocasión la Corte Suprema afirmó que Patrocinio Sánchez “actuó con incuria, negligencia y abierto descuido en su desempeño como alcalde Municipal de Quibdó, en lo que tiene que ver con los contratos suscritos en julio de 2001, producto de su desdén, su conducta irresponsable, que resultó determinante para que el municipio que representaba fuera condenado a pagar dos veces una misma suma de dinero”.

Lo anterior quiere decir que dos de los tres últimos gobernadores del Chocó han sido condenados por la justicia por delitos contra la administración pública. A ello se suma que los ex congresistas Odín Sánchez y Ulises Torres se encuentran detenidos en la cárcel La Picota y han sido llamados a juicio, sindicados de graves delitos por presunta vinculación con grupos criminales del paramilitarismo, proceso donde también ha sido mencionado el ex gobernador Julio Ibargüen.

La espada de la justicia desnuda y castiga a los dirigentes de los movimientos políticos que han dominado la escena regional en las ultimas décadas. Patrocinio Sánchez, líder del MLP-Símbolo de Esperanza y soporte esencial del Partido de La U en el Chocó, vio truncado su mandato como mandatario regional y ahora carga el deshonroso INRI de condenado por peculado culposo.

El ex gobernador Hálaby Córdoba, presidente del Directorio Departamental Cordobista y reciente miembro del besamanos del santismo, inicia el calvario de su condena.

Se desploma la cúpula política del Chocó, ahogada en el fango putrefacto de su propia descomposición moral, su falta de ética, su corrupto manejo del patrimonio público y sus relaciones non sanctas con narcotraficantes y criminales.

Sin embargo, parece que nada estuviera ocurriendo. En otros países un solo fraude genera la renuncia, el retiro y la sepultura política de un gobernante. En el Chocó un condenado por delitos contra la administración pública sigue campante manejando los hilos de la política. Los movimientos políticos ni siquiera se mosquean. Contrario a expulsar de su seno esa purulenta y contagiosa célula, los colectivos políticos mayoritarios se solidarizan con el reo y critican la acción de la justicia.

Es tan deplorable la inversión de valores y tan generalizada la lumpenización de la política chocoana que un ex senador que purgó largos años de prisión por el delito de peculado pontifica a diario desde una emisora radial sobre la moral y las buenas acciones.

El pueblo chocoano debe pellizcarse, salir de la somnolencia, dejar atrás las actitudes pusilánimes con el engaño y el dolo, repudiar y sepultar a los corruptos.

De nada servirán las decisiones depuradoras de la justicia en el Chocó si persiste la permisividad que genera el rebrote del saqueo público, como la recurrencia de un cáncer.

El Chocó requiere una nueva generación política, limpia y transparente, con dignidad y sin rodilleras ante la oligarquía, que tenga como ánimo el servicio al pueblo y no el enriquecimiento personal.

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