domingo, 11 de septiembre de 2011

SERRAT "Vuela esta canción para tí"

Si quiero hablar de la vida que me ha tocado vivir, ahí está presente Joan Manuel Serrat desde los años de adolescencia. Percibí que era un cantautor que no se acomodaba al régimen franquista, ni a la idea de que al pueblo Catalán se le negase su identidad. Y me dí cuenta que la canción era algo más que cantar bonito, que decir estribillos y repetir tequieros, que los ímpetus juveniles tenían mayores y mejores motivaciones, que la idea de felicidad no necesariamente tenía que estar ligada a la palabra facilidad. Fué algo así como identificarme con un amigo lejano que entraba en casa en formato de long play.

Observamos la vida a través de la lente que nos imponen o de la que nos vamos construyendo. Asumimos la vida gracias a quienes de alguna manera van influenciando y modelando nuestro pensamiento, nuestra percepción y la manera de hacer vibrar las fibras de la sensibilidad.


Gracias a la inquietud que me despertó Serrat, empecé a acercarme a las expresiones musicales y literarias que mostraran compromisos sociales y políticos, ese género que llamaron “canción social, o nueva canción”, y también a la nueva trova cubana. Un cantautor librepensador y poeta, que transmite en la letra de cada canción esa mixtura de exquisito valor estético y creativo, con un mensaje que se identifica con lo que queremos decir y no se nos había ocurrido. La mujer que yo quiero dice que Serrat debería ser referente obligado en clase de literatura, yo comparto su sabio criterio porque ella es “fruta jugosa, madurando feliz, dulce y vanidosa”

Su alma tiene un brazo en Latinoamérica, en su solidaridad con los procesos sociales, en su voz de denuncia contra la injusticia; en la solidaridad con las causas que nos son comunes. Se podría hacer un listado del extenso repertorio que le hemos disfrutado, desde el clásico “Cantares”, hasta recientes temas como los que hace de Miguel Hernández en “Hijo de la Luz y de la Sombra”, temas que llevamos en el corazón y nos devuelven en la calesita del tiempo, y hablan de la niñez, de los amigos, de la muerte, de los “mensajes de amor de curso legal”. Le admiré porque admiraba a Pepa Flores y a Lolita, le admiro por íntegro, por vencer la tentación “sucumbiendo de lleno en sus brazos”, y le admiraré por su inmensa capacidad de sorprendernos, y también porque ojalá sus viñedos y cavas cada día produzcan mejores vinos. Aunque aún no he probado la primera botella de su cosecha, espero que ese sea uno de mis futuros gustos.

Creo que los seguidores de Serrat, que por fortuna somos muchos tenemos nuestra propia y personal selección, que es dinámica, y en la cual influye el estado de ánimo y el estado civil del momento. Creo que una aproximación de la mía, escrita ayer con bolígrafo en la mesa de una cafetería sería:

- Elegía
- Mediterráneo
- Más que a nadie
- Para la libertad
- Algo personal
- No hago otra cosa que pensar en ti
- Romance de Curro el palmo
- Penélope
- Niño silvestre
- Piel de manzana

Y siguen tantas más…. Así Serrat permanece con nosotros, en los íntimos homenajes que le hacemos cada vez que compartimos con los amigos y escuchamos sus temas, cuando nos encontramos con sus versiones revisitadas por músicos de todas las latitudes, cuando asistimos a memorables conciertos como el que realizó con Joaquín Sabina. En estos tiempos cuando nos bombardean con lecciones de filosofía en presentación de Power Point, la vigencia de Serrat continúa, sus canciones siempre dejarán una extraña inquietud en lo que somos y sus canciones de amor devolverán aromas y traerán frases que quisiéramos evocar sentados en la banca de un parque a la luz de la luna llena que hoy brilla en el cielo.

Sus comentarios los pueden enviar a megaspar@hotmail.com

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