martes, 22 de noviembre de 2022

A Pablo Milanés In memoriam… Quisiera fuera una declaración de amor….

 

De qué callada manera

Se me adentra usted sonriendo

Como si fuera la primavera

Yo muriendo

Yo muriendo….

 

La Nueva Trova Cubana está de duelo…. ha trascendido el gran Pablo Milanés. El cantor, el cantautor que con su guitarra caminó de la mano de la revolución; de esta revolución de la que pregonaba: “No vivo en una sociedad perfecta”, que la entendió y amó, que fue consciente de los muchísimos aspectos que habrían de mejorarse, de las nefastas consecuencias de un bloqueo y de la poca solidaridad de muchos pueblos con su adorada isla.

En los laberintos del compromiso, en las formas de las nubes en el horizonte, en las callecitas del más puro sentimiento, en sus proposiciones de encuentros entre espíritus y Orishas para inventar bellas apariciones, en medio de la consciencia plena del camino andado… ahí se nos mostró íntegro y con sideral lucidez, queriendo “Celebrar la primavera en el hermoso letargo de tu cuerpo”

Sus canciones de compromiso social y político “Si el poeta eres tú”, Pobre del cantor, Todos los ojos te miran, Amo esta isla”, se conjugan y complementan en las bellísimas estrofas de “Yolanda, Ya ves (sigo pensando en ti), De qué callada manera, Yo no te pido, El primer amor, El breve espacio en que no estás”, o en obras existenciales como Para Vivir, Recuento, o En Paz. En su oceánica inquietud,  de manera simultánea y contemporánea escarbó en las raíces de su identidad, y se adentró en el son, en el bolero Filin, en los homenajes a los grandes boleros mexicanos, en el reconocimiento a la música tradicional y a sus cultores.  

Pablo Milanés, es uno de los músicos más grandes que prodigó la vida a nuestra generación idealista, contestataria, profundamente crítica de anacrónicos sistemas de dominación… Pablo, una voz del inconformismo, de la rebeldía, y también de testimonio del triunfo y el sacudón de una isla tratada como lupanar del imperio. Cada obra suya es un poema, tiene la exquisitez del lenguaje bien tratado, de la pulcritud y la belleza de la palabra, del inmenso respeto hacia una audiencia que lo seguirá queriendo y disfrutando. Esa es la huella, el reconocimiento de quienes te admiramos y hoy te hacemos homenajes en múltiples rincones de las atribuladas geografías de la inequidad y la injusticia.  Junto con una simbólica flor en tu tumba, va el agradecimiento por mostrar la posibilidad de la belleza, el sentimiento, y la permanencia del amor, aún en los más intrincados y conflictivos momentos de la existencia.

Las letras de sus canciones no dan  importancia alguna a los bienes materiales, son una demostración de  los atributos y valores que nos corresponden cuando van más allá de las mercancías y la ostentación; el erotismo tuvo en él, el tratamiento exquisito que merecen los excesos con amor. Su apego por el Mar Caribe, por las noches cubanas, por su Habana secreta, es una invitación al ensueño y a los encuentros con nosotros mismos, esos que a veces olvidamos por estar inmersos en trivialidades y absurdas pretensiones. Su música, querido Pablo, que nos ha acompañado desde las épocas de inquietos estudiantes, en noches de peñas, vino y cigarrillos, en extenuantes tertulias, acompañadas por tocadiscos y grabadoras con tu música de fondo, en amaneceres de trasnocho, en los antros de juvenilias pobres al compás de la guitarra de algún aficionado cantautor,  tu música y la herencia de una existencia coherente, son la huella indeleble con que nos has tatuado, y “Si ella me faltara alguna vez, si ella me dejara de querer, si ella se olvidara de cantar, si ella no inundara esta ciudad, Yo no escribiría esta canción”.

Pablito Milanés: Que tu viaje hacia las constelaciones sea plácido y sereno; que tu luz siempre sea una guía para los soñadores y poetas que creemos aún en la utopía de concebir y vivir en una sociedad mejor y mucho más humana. Hasta pronto…. Hasta siempre!!!! 



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