martes, 14 de junio de 2011

BORGES: VEINTICINCO AÑOS DESPUÉS......

Hoy hace 25 años tomó la decisión de ir a descrestar a Dios con su infinita lucidez, a contarle de su pasión por los libros y a narrarle al oído antiguas leyendas germánicas; a jugar con el espacio y el tiempo  que había inventado, a sumergirlo en el recuerdo de recónditas geografías que él mismo olvidó después de  moldearlas. Fueron sus artificios, sus ficciones y los laberintos de su memoria los que nos mostraron que la literatura aún no ha establecido sus límites, y que basta la excelsitud de unas líneas que invitan a caminar por "El Jardín de los Senderos que se Bifurcan" para ensimismarnos con su monumental sabiduría.

Al maestro con admiración!!!! Comparto con ustedes tres de sus poemas:

A UN GATO
 No son más silenciosos los espejos
ni más furtiva el alba aventurera;
eres, bajo la luna, esa pantera
que nos es dado divisar de lejos.
Por obra indescifrable de un decreto
divino, te buscamos vanamente;
más remoto que el Ganges y el poniente,
tuya es la soledad, tuyo el secreto.
Tu lomo condesciende a la morosa
caricia de mi mano. Has admitido,
desde esa eternidad que ya es olvido,
el amor de la mano recelosa.
En otro tiempo estás. Eres el dueño
de un ámbito cerrado como un sueño.

¿Con qué puedo retenerte?
A Beatriz Bibiloni Webster de Bullrich

¿Con qué puedo retenerte?
Te ofrezco magras calles, ocasos desesperados, la luna
de los corroídos suburbios.
Te ofrezco la amargura de un hombre que ha mirado
largamente a la luna solitaria.
Te ofrezco mis antepasados, mis muertos, los fantasmas
que hombres vivientes han honrado en mármol:
el padre de mi padre muerto en la frontera
de Buenos Aires, dos balas a través de sus pulmones,
barbado y muerto, envuelto por sus soldados
en el cuero de una vaca; el abuelo de mi madre
-con tan solo venticuatro años- encabezando
una carga de trescientos hombres en el Perú, ahora
espectros en desvanecidos caballos.
Te ofrezco cualquier agudeza que puedan contener
mis libros, cualquier hombradía o humor en mi vida.
Te ofrezco la lealtad de un hombre que nunca ha sido leal.
Te ofrezco ese meollo de mí mismo que he salvado,
de alguna manera: el corazón central que no
comercia con palabras, no trafica con sueños,
y está intocado por el tiempo, por la alegría,
por las adversidades.
Te ofrezco la memoria de una rosa amarilla vista
en el ocaso, años antes de que hubieras nacido.
Te ofrezco explicaciones de ti misma, teorías sobre ti misma,
auténticas y sorprendentes noticias de ti misma.
Te puedo dar mi soledad, mi oscuridad, el hambre
de mi corazón; trato de sobornarte con
la incertidumbre, con el peligro, con la derrota.
De El otro, el mismo
Traducción de Roberto Fernández Retamar
 
AUSENCIA
Habré de levantar la vasta vida
que aún ahora es tu espejo:
cada mañana habré de reconstruirla.
Desde que te alejaste,
cuántos lugares se han tornado vanos
y sin sentido, iguales
a luces en el día.
Tardes que fueron nicho de tu imagen,
músicas en que siempre me aguardabas,
palabras de aquel tiempo,
yo tendré que quebrarlas con mis manos.
¿En qué hondonada esconderé mi alma
para que no vea tu ausencia
que como un sol terrible, sin ocaso,
brilla definitiva y despiadada?
Tu ausencia me rodea
como la cuerda a la garganta,
El mar al que se hunde.

Borges (tomado de delbaul.blogspot)
Sus comentarios los pueden enviar a megaspar@hotmail.com

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